Adicción a la pelota en el perro: cómo tratarla

Perro corriendo con una pelota en la boca.

Buscar y traer la pelota suele ser el juego preferido de muchos perros, ya que disfrutan corriendo detrás de ella para “cazarla”, pidiéndonos que la lancemos una y otra vez. Esto no tiene por qué ser un problema siempre que no se convierta en una obsesión, algo que puede ocurrir fácilmente si el animal no recibe la atención necesaria ni realiza suficiente ejercicio.  La buena noticia es que podemos acabar con esta adicción siguiendo algunas pautas.

En primer lugar debemos entender que este juego no está en su naturaleza. Los ancestros de los canes, los lobos salvajes, recorren largas distancias y cazan para alimentarse, lo que no implica alcanzar un estado de ansiedad tan elevado como el que conlleva buscar la pelota. Nosotros mismos fomentamos esta excitación con dicho ejercicio, que en muchas ocasiones no llegamos a controlar.

Un error muy común es sustituir los paseos por el juego de la pelota. Muchos dueños prefieren optar por esta alternativa por comodidad, con la intención de que el perro se canse lo antes posible y les dejen tranquilos. De esta manera no hacemos más que fomentar su obsesión, ya que el juego se convierte en la única actividad física que realiza el animal. Por eso es importante que desgaste su energía con largas caminatas.

Además, es clave que seamos nosotros quienes controlemos el juego, es decir, que supervisemos el estado emocional del can. Es fundamental que decidamos cuándo empieza la actividad y cuándo termina, así como el momento de lanzar la pelota; si el perro la pide ladrando, tendremos que esperar a que se tranquilice.

Un buen truco es aprovechar la actividad para realizar ejercicios de obediencia utilizando el refuerzo positivo. Antes de lanzar la pelota podemos pedir a nuestra mascota que se siente o se tumbe, “obligándole” a calmarse antes de que corra en busca de su juguete. Hay que asegurarse de que nos mira a nosotros, en lugar de a la pelota, antes de tirarla.

En cuanto a la duración del juego, se recomienda que no sobrepase los 10 o 15 minutos, y que decidamos nosotros mismos cuándo acaba. Una vez finalizado, lo ideal es guardar la pelota donde el animal no pueda encontrarla, con el objetivo de que desconecte completamente respecto a esta actividad. Con tiempo y paciencia lograremos eliminar su obsesión.


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