Casi todos nos encontramos súper contentos cuando un perro llega a casa. Un cachorro adoptado es una gran noticia, y queremos que el perro se adapte a su nueva vida, pero al dueño de Neon las cosas se le complicaron cuando vio que el perro comenzaba a comportarse de manera extraña, haciendo cosas que no eran habituales en un perro normal.
El dueño de Neon adoptó al cachorro de una familia que lo daba, y le pareció un perro precioso, con unos intensos ojos ámbar. Cuando el perro fue creciendo se fue dando cuenta de que no era un perro normal, de que no buscaba la compañía humana, y de que solo se preocupaba de encontrar a otros perros.
El misterio de Neon intrigaba a su dueño, que veía que el perro no estaba interesado en los premios, y que además solamente quería ir a jugar con otros perros, en manada. No le interesaban las personas, excepto el contacto con su dueño, con el que tenía un vínculo, y siempre se las arreglaba para escapar de casa y encontrarse con otros perros.
Es por eso que su dueño decidió llevarlo al refugio Wolf Connection, sobre todo cuando vio el gran parecido físico de su perro con los lobos que allí tenían. Nada más llegar, en el refugio le preguntaron si sabía que ese no era un perro. Al parecer se trataba de un perro con la gran mayoría de genes de lobo, por lo que su comportamiento era muy parecido al de estos.
El dueño de Neon se dio cuenta de que el perro sería mucho más feliz si lo dejaba viviendo en manada con los otros lobos, en donde encontraría su sitio, así que decidió que el perro debía quedarse en el refugio para lobos. Hoy en día, Neon se divierte con los otros lobos de la manada y ha hecho una gran amistad con Maya, una perra lobo alfa, con la que juega cada día.