Los perros también pueden sufrir intolerancia alimentaria como las personas. Los síntomas son parecidos a los de las personas cuando sufren un problema gastrointestinal. Lo cierto es que muchas personas no relacionan los alimentos que les hacen daño con el malestar del animal, pero hay que fijarse en lo que le damos para saber si el problema se halla en algún alimento.
Esta intolerancia alimentaria hay que diferenciarla de las alergias, que pueden tener más graves consecuencias para el perro, como pasa con las personas. Con las alergias hay que tener un cuidado especial, pero las intolerancias le causan malestar al perro, por lo que también hay que saber identificarlas.
Hay que saber que con la alergia a los alimentos lo que reacciona es el sistema inmunológico del perro, y con la intolerancia se trata del sistema digestivo. En ambas puede darse la diarrea o vómitos, pero en el caso de la alergia sucede que hay reacciones como deficiencia respiratoria o problemas en la piel.
Hay alimentos, como la leche con la lactosa, que también pueden hacer aparecer la intolerancia. También hay razas que son más propensas a sufrir estos problemas con los alimentos como los Bóxer, aunque en todos los perros puede manifestarse. Cuando veamos los primeros síntomas, con gases, diarrea o vómitos y un malestar general en el perro, y puede que dolor al tocar el abdomen, es mejor acudir a un veterinario.
Si el veterinario sospecha que puede ser de algún alimento al que le tiene intolerancia, le dará una dieta de piensos hipoalergénicos. Siempre habrá que determinar cuál es el alimento que le hace daño para desterrarlo de la dieta. También hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones sufren de indigestión por comer demasiado o porque han comido otras cosas y los síntomas son parecidos, por lo que pueden confundirse, y esto último es algo temporal.