Por qué no dejar a tu perro encerrado en el coche

Perro dentro de un coche.

Como hemos comentado en varias ocasiones, los perros son muy susceptibles al calor, ya que su sistema de transpiración no es tan eficaz como en los seres humanos. Es por ello que las altas temperaturas resultan peligrosas para ellos, especialmente si se encuentran encerrados en un coche, donde su efecto es aún más potente. Y es que en esta situación, un can puede morir en menos de 20 minutos.

A pesar de la gran difusión de esta información por parte de varios medios de comunicación y clínicas veterinarias, cada año un buen número de perros fallecen encerrados en un coche, a causa de un golpe de calor. Esto se debe bien a la desinformación o a la irresponsabilidad de sus dueños, que a menudo dejan a su mascota «esperando» en su vehículo mientras comen en un restaurante, hacen recados, etc.

Esta ignorancia da lugar a decenas de muertes todos los veranos. Debemos ser conscientes de que estos animales cuentan con un mecanismo de transpiración inferior al nuestro, pues solo lo hacen a través de las almohadillas de las patas, el jadeo y las pocas zonas que tienen con poco pelo, como la barriga. Si unimos esta dificultad para regular la temperatura corporal al hecho de que las ventanillas del coche crean un fuerte efecto invernadero, en pocos minutos un perro encerrado en este entorno puede sufrir graves daños.

El perro sería víctima rápidamente de los síntomas propios de un golpe de calor. Estos son aumento del ritmo cardíaco, dificultades respiratorias, desorientación, vómitos, diarrea, excesiva salivación, convulsiones y paro cardíaco. Y aunque algunas razas son más propensas a sufrir estos problemas (como el Bulldog, el Carlino, el Bóxer, el Pomerania, el Husky, etc.), todos los canes pueden fallecer rápidamente a los pocos minutos de permanecer encerrados en un vehículo.

Por todas estas razones, que no son pocas, debemos tomar precauciones a la hora de viajar junto a nuestro perro. Es fundamental que le ofrezcamos agua fresca cada poco tiempo, que mantengamos el coche a una temperatura adecuada y paremos aproximadamente cada dos horas para descansar (o menos, si lo consideramos necesario).

Por otro lado, si viéramos un perro encerrado en un vehículo con síntomas de peligro, tendríamos que llamar a las autoridades municipales y anotar la marca, modelo, matrícula y localización del mismo. Después, buscar rápidamente al propietario del coche y a algún trabajador del departamento de seguridad de la zona.

En caso de necesidad extrema, si observamos que el estado del animal es grave, tenemos la opción de romper la ventanilla o forzar la puerta del coche, aunque esto puede acarrearnos algunos problemas legales. De tener que recurrir a esto último, es muy recomendable buscar testigos para que puedan declarar que hemos abierto el coche con la intención de salvar al can, no con el fin de robar. También podríamos llamar a alguna protectora de animales para que sea testigo de la situación.


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