Cómo saber si mi perro tiene depresión

Perro tumbado en el suelo.

La depresión es un problema común en el ser humano, y aunque en los perros suele darse con mucha menor frecuencia, también encontramos algunos casos. Puede deberse a un gran número de causas, y sus síntomas son muy parecidos a los que sufrimos nosotros cuando padecemos dicha enfermedad. No es difícil, por tanto, reconocer este trastorno en nuestra mascota.

En primer lugar, es importante saber cuáles son los motivos más comunes que desencadenan la depresión canina. Los grandes cambios en su rutina son un buen ejemplo; una mudanza, la llegada de una nueva mascota al hogar, de un bebé, la pérdida de un miembro de la familia, etc. Todo lo que suponga una alteración en su vida cotidiana conlleva este peligro.

Otra cuestión a tener en cuenta es que los canes son animales extremadamente empáticos y sensibles. Es por ello que se «contagian» fácilmente de las emociones que notan entre sus seres queridos. Si conviven con otras personas o animales con depresión, lo más probable es que también acaben padeciéndola.

También puede presentarse como resultado de alguna experiencia traumática, como el maltrato físico continuado. Asimismo, si el perro no cuenta con la socialización ni el ejercicio físico suficiente, puede verse afectado rápidamente por este problema.

Entre sus primeros síntomas encontramos la inactividad. Lo más corriente es que un perro con depresión no tenga ganas de pasear, sino más bien de tumbarse e incluso dormir mucho más tiempo del habitual. Esta apatía general también se traduce en una total indiferencia hacia sus juguetes.

Asimismo, son comunes los cambios en el apetito. Mientras que algunos perros sienten una fuerte inapetencia, otros sufren ansiedad por la comida. También es habitual un aumento en la ingesta de agua. La somnolencia es otro síntoma clásico, aunque en algunos casos se desarrolla insomnio. Es probable, asimismo, que notemos comportamientos extraños y autodestructivos, como gemir durante horas, aislarse o morder los objetos que encuentra a su alrededor.

La solución a esta depresión depende de la razón que la ocasione. Lo correcto es hacer que un veterinario revise previamente a nuestro perro, con el fin de descartar un problema físico. Una vez nos aseguremos de que se trata de un trastorno psicológico, deberíamos acudir a un educador profesional.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.