La artritis en los perros se manifiesta en uno de cada cinco, y se trata de la inflamación de las articulaciones. Esta inflamación es degenerativa, por lo que el perro va perdiendo movilidad, y además les resulta dolorosa. Es un problema que no se puede evitar pero que sí podemos frenar para que no se agrave.
Los perros mayores y con sobrepeso tienen una artritis más acusada, y la enfermedad suele ir a peor si no se cuida, por eso hay que tomar medidas. Lo primero que debemos hacer es reconocer los síntomas de la aparición de la posible artritis para llevar al perro a hacer las pruebas al veterinario para saber el estado de sus articulaciones y tomar las medidas necesarias en caso de que se trate de artritis.
La cojera es una de las señales más claras. Con la vejez esto se agrava, y en épocas en las que hay más humedad la cojera suele ser más pronunciada. Por temas puntuales, como porque se haya hecho daño en una pata, no debemos pensar que se trata de artrosis, pero si vemos que es recurrente, ya debemos hacer las pruebas en el veterinario.
Otra de las señales de que le afecta la artritis en las articulaciones son los problemas para levantarse. El dolor y la inflamación hace que les sea más difícil moverse, y el acto de sentarse y levantarse les cuesta mucho más por lo que probablemente van a intentar evitarlo.
El dolor que les provoca en las articulaciones a nivel interno hace que muchos de ellos recurran a los lamidos compulsivos, creando incluso heridas en las patas. Para evitarlo habrá que darle medicación que alivie el dolor.
La rigidez en las articulaciones se da cuando la artritis está ya avanzada, por lo que es algo que sucede con el tiempo, pero debemos ver antes el problema. En el veterinario nos darán la medicación y las pautas para evitar que este problema avance rápido y les reste calidad de vida.