El perro Borzoi es también conocido como lebrel ruso para la caza o galgo ruso, y se incluye entre las razas de perros rusa que gozan de prestigio y gran aceptación, debido a su gran identificación con la cultura de este país.
Esta raza de canes posiblemente debe su elegancia y particular figura a que fue desarrollada directamente por los grandes zares. A continuación conocerás un poco más sobre esta raza de perro.
Origen la raza Borzoi
Sin duda alguna que cuando hablamos de cultura e historia de Rusia, es obligado hablar de esta raza de perro, la cual debido a la vinculación con los zares casi termina extinguida, tras la caída de la monarquía zarista.
Esta es una raza que existe desde hace más de 9 siglos. Según lo que está documentado ya para el siglo XI estos ejemplares estaban presentes acompañando a los duques de la época y de figuras muy destacadas como Pedro el Grande o Tourgeniev.
Su popularidad fue tal que incluso existió un criadero que dirigían Dimitri Valtsev y el Gran Duque Nicolai Nicolaevitch, llamado “Perhinskaya Okhota”. La Reina Victoria de Inglaterra también se encuentra entre las grandes personalidades que tuvo a su lado perros de esta raza, los cuales recibió como presente.
Con el tiempo los borzoi fue fueron haciendo más conocidos y apreciados por su gran velocidad para las carreras y sus dotes de cazadores, extendiendo su presencia por toda Europa y también América.
Características
Los ejemplares se distinguen por su gran tamaño, de hecho la FCI los clasifica dentro del grupo 10, en la sección 1 donde están los “lebreles de pelo largo u ondulado”. Su contextura es delgada pero fuerte, son alargados lo cual le confiere ese aspecto tan elegante y distinguido.
Son de huesos fuertes no masivos y en el caso de las hembras son un poco más alargadas que los machos. En ambos la cabeza es muy delgada, estrecha y alargada, la depresión naso-frontal se encuentra ligeramente marcada y termina en una trufa móvil y de buen tamaño.
Los dientes son blancos, grandes con mordida tipo tijera, están enmarcados en una mandíbula fuerte. Sus ojos son grandes, usualmente de color avellana aunque también de color marrón oscuro y son bastante expresivos.
Respecto a las orejas estas se distinguen por su delgadez, movilidad y porque apuntan hacia atrás, en tanto que el cuello es alargado y delgado que es otro de los aspectos que le suma elegancia a la raza lo mismo que las extremidades igual de alargadas pero musculosas. La cola tiene forma de sable, es delgada y por lo general cuelga hacia abajo, aunque cuando tiene movimiento se levanta.
No podemos dejar por fuera la descripción del manto de esta distinguida raza de perro el cual se destaca por su soltura, suavidad y ondulación, donde podemos observar rizos cortos muy naturales en algunas partes del cuerpo donde el pelo es más lago, mientras que en la cabeza el pelo es corto y satinado. En la zona del cuello este manto se torna más ondulado y abundante y se le consigue en una amplia variedad de combinación de colores, exceptuando los tonos achocolatados y el azul.
Carácter
Por lo que se conoce de estos canes se pueden describir como ejemplares tranquilos y de carácter bastante equilibrado, pero en ello influye mucho la educación que se le proporcione desde que es un cachorro por lo que finalmente hará que esté sea muy variable.
Su naturaleza de cazador hace que estos perros tengan en ocasiones especialmente estimulantes, reacciones intempestivas y veloces. En el núcleo familiar son bastante cercanos y afectivos con sus amos, ahora la relación que pueda tener con terceros y con otros animales va a depender mucho de cómo han sido criados y si se llevó adelante un buen proceso de socialización.
Esta fase de todo can es vital que se refuerce con variedad de experiencias todas positivas, para que el animal goce de un buen carácter en su etapa de adulto y consiga relacionarse bien con todo el entorno.
En principio, los borzoi pueden mostrarse muy reservados ante los extraños, pero si han sido bien educados y sociabilizados consiguen relacionarse sin problemas. Así mismo tienen la capacidad de adaptarse a distintos tipos de familia, sin embargo, se encuentran más cómodos con quienes tienen experiencia con perros cuya forma de vida es muy independiente, proactivo y definitivamente de carácter muy singular como los de esta raza.
Cuidados
El pelaje es uno de sus elementos llamativos y requiere de cuidados con frecuencia regular, estos se relacionan con un cepillado que debe efectuarse entre dos y tres veces por semana ya que así el manto se mantiene bonito, sano y sin nudos.
Este tipo de pelo se mantiene mejor en temporada de muda con cepillo metálico, en esta etapa se reduce el cepillado a una vez por semana. El resto del tiempo se utiliza un cepillo de carda suave o uno especial para eliminar los nudos.
A la hora del baño recuerda utilizar productos (champú y acondicionador) para perros, este último ayuda que el pelaje se mantenga sedoso. Se recomienda bañarlos una vez al mes o cada dos meses incluso.
Su gran tamaño y contextura muscular requiere de una especial rutina de ejercitación diaria, la cual puedes cubrir con dos o tres paseos cada día que se extiendan al menos 30 minutos por vez, ya que es lo mínimo que necesitan para que su musculatura se mantenga a tono.
Pero además, esta rutina permite que se mantenga activo su olfateo, que socialice con otros perros y todo lo que le rodea y además haga sus necesidades, es importante que dediques algo del tiempo de estas caminatas en hacer juegos y algunos ejercicios.
Recuerda que el aprendizaje es más sencillo y menos traumático si utilizas el refuerzo positivo con el borzoi y que debe evitar a toda costa el castigo. El control veterinario periódico es importante así como el seguimiento de su plan de vacunación, aun así esta raza es propensa a padecer de las siguientes patologías hereditarias:
- Síndrome de wobbler.
- Hipotiroidismo.
- Displasia valvular tricúspide.
- Microftalmia.
- Síndrome de dilatación vólvulo gástrico.
- Atrofia progresiva de retina.
- Cataratas.
Educación
La atención a la educación es primordial y se debe iniciar desde que son cachorros, partiendo de la socialización tanto con otros animales como las personas y distintos ambientes. Todo lo que logres en esta primera etapa en esta materia será clave en el futuro del can, evitando que se presenten problemas de conducta que son más difíciles de tratar en la etapa de adultos.
Cuando son más grandes, es momento de enseñarles trucos de obediencia sencillos como tumbarse, sentarse, atender al llamado, a estar quieto, lo que le ira facilitando la conexión e interacción contigo como su tutor y te ayudará a ejercer buen control del can cuando estas fuera de casa.