Cómo evitar la ansiedad en mi perro: guía práctica, causas y soluciones con respaldo profesional

  • Identifica causas y señales: observa detonantes, conductas y estado físico; consulta a tu veterinario/etólogo si persisten.
  • Actúa a diario: rutinas estables, paseos con olfato, juego y enriquecimiento para cubrir necesidades reales.
  • Trabaja la separación de forma progresiva y medible; apóyate en tecnología y evita avanzar con prisa.
  • Combina modificación de conducta con apoyo veterinario (nutrición, fitoterapia o medicación) cuando sea necesario.

Como evitar la ansiedad en mi perro

Como evitar la ansiedad en mi perro es un repaso a varias situaciones a las que se enfrentan mucho perros a diario, y que son totalmente responsabilidad nuestra, como parte humana de la pareja, y que muchas veces pasamos por alto con mucha facilidad, ya que damos por sentado ciertas cuestiones sobre ciertos aspectos de nuestra relación con ellos, humanizándolos en el proceso de una manera que les resulta tremendamente negativa.

En el articulo de hoy, os enfrentaré a situaciones donde os reconoceréis perfectamente y espero que os ayude a cambiar un poco ciertos comportamientos, lo que en definitiva supondrá una mejora en la vida de vuestros animales. Os dejo con la entrada; Cómo evitar la ansiedad en mi perro. Espero que os guste y os sea útil.

perro tranquilo

Antes de nada

En el día a día normal de alguien que trabaja con los perros y sus propietarios como yo, me enfrento a un problema que para mí, es la raíz de muchos de los problemas que afectan a la vinculación que tenemos con nuestros perros, y del cual no tenemos ni idea o cuando la tenemos esta totalmente equivocada… y es que muchas veces sin querer y otras queriendo, humanizamos a nuestros animales hasta el punto de someterlos a unas tensiones para las cuales ellos no están preparados, creando episodios de estrés que en muchas ocasiones se convierten en situaciones al borde del mas total y absoluto descontrol, que nos llevan a incluso dudar si somos capaces o estamos hechos para tener perro.

Y ese sentimiento, es algo normal, Saber cómo evitar la ansiedad en mi perro no es algo fácil. En una entrada anterior Educando a un nivel emocional: El Estrés que provocamos los humanos y en Educando a un nivel emocional: El Estrés que provocamos los humanos II, hablo de ese tema con algo más de profundidad.

perro relajado sin ansiedad

Humanizando al animal

Algo mas que tratarlos como humanos

Cuando hablo de humanizar, no me refiero a que simplemente los tratemos como humanos, si no que muchísimas veces, trasladamos nuestro estrés y nuestros problemas, que al fin al cabo, son los problemas de una persona y para ellos son incomprensibles, y muchas veces incompatibles con sus necesidades.

Ante todo, quiero señalar que un perro, tiene unas necesidades básicas al igual que nosotros, y que a pesar de que para nosotros, esas necesidades pueden no tener la misma importancia en nuestra escala de valores, ya sea por que sean muy básicas o por que no las compartamos, para ellos son la base de la misma felicidad, y una cosa se seguro: la inmensa mayoría de la gente que tiene perro, quiere verlo feliz.

perro con calma

Paradigma establecido

Es por ello que quiero enfocar este artículo, hacia el intentar cambiar el paradigma que tenemos establecido en cuanto a la relación con nuestro perro se refiere, escribiendo sobre como hay situaciones que son habituales en la vida que tenemos en común con nuestra mascota, y que sin embargo, nos afectan de una manera muy distinta.

Creo que estaremos de acuerdo, en que todas las necesidades de nuestro perro, tienen que ser cubiertas de una manera u otra por nosotros, y con esto quiero decir, que si nuestro perro come, es por que nosotros le damos de comer, si nuestro perro bebe, es por que nosotros le damos de beber, si nuestro perro juega, es por que nosotros jugamos con él o le proveemos de juguetes o compañeros de juego. Hay que ser muy conscientes de esto: Todo lo que tiene y necesita, proviene de nosotros. Y esto es una gran responsabilidad,que diría Peter Parker.

Una gran responsabilidad

Esta responsabilidad, es una fuente de alegrías, y sin embargo también una gran fuente de problemas si no sabemos como afrontarlo de una manera correcta y lógica. La manera para mí entender de enfocarlo es saber, que cada decisión que tomamos sobre nuestra vida o la vida de nuestro perro, le afecta, a veces tan profunda e intensamente, que se convierte en una fuente de estrés inagotable y eterna si no somos conscientes de ello, y la mayoría de las veces, no lo somos.

Tomamos decisiones a la ligera, que afectan y mucho a la calidad de vida de nuestro animal, y luego nos preguntamos qué pudo pasar, qué pudo salir mal, cuando nuestro amigo perruno saca el problema a relucir, para luego pasar a depositar toda la responsabilidad en el pobre perro, cuando no sabemos o no queremos ver que la solución del problema esta en nuestro lado, ya que pobre solución le puede dar el animal si somos nosotros los que tomamos todas las decisiones por el, o si bien el tomarlas no esta al alcance de su cognición o de su inteligencia.

Por ello hay situaciones que para el perro son negativas y que nosotros hacemos a diario, y que acaban desembocando en un foco de estrés para él. Y os voy a poner varios ejemplos de esto para asegurarme de que os quede claro.

perro con necesidades cubiertas

Las necesidades y la motivación

Saciar una necesidad

Un perro necesita beber a diario, eso lo tenemos claro. El perro necesita tener a su disposición agua fresca todo el día. Yo he visto casas donde había perro, donde el recipiente del agua no era suficiente a todas luces para albergar la suficiente cantidad de agua para que el perro pueda verse saciado durante un día.

Esto le provoca al perro, una cierta incertidumbre, ya que es por lógica que cuando se lo beba se le acabará, y no habrá agua hasta que el responsable de ello se lo llene, que en este caso es su propietario, su amigo humano. Cuando normalmente comento este tema al dueño del animal, casi siempre me encuentro la misma respuesta: Yo se lo lleno de vez en cuando. De vez, en cuando… la misma frase denota que habrá momentos en que el recipiente este vacío, ¿y que hará el perro en ese momento si tiene sed? Si ademas esa situación se convierte en algo habitual, algo tan normal con el beber, se puede convertir en un foco de estrés para el pobre animal.

Motivaciones básicas

Otro ejemplo que no me gusta nada ver: el sacar el perro. Ha diario me enfrento a familias que tienen como costumbre, no darle la suficiente importancia a las salidas al exterior de su mascota. Es tipico también encontrarme los que creen que por que tienen un patio grande exterior, el perro ya no necesita salir fuera. Eso es un gran error. Y es un error que él, paga caro.

Un perro que no sale, es un perro que no se relaciona con su entorno, que no se comunica desde aspectos básicos con los demás individuos de su especie, que se encuentran cerca de el, hará que no pueda jugar con otros perros o que no pueda hacer una de las actividades mas relajantes para un perro, andar.

Os pongo un ejemplo que seguro que os suena; llegamos a casa cansados y tenemos que sacar a nuestro amigo, que lleva esperándonos unas 5 horas y tiene muchas ganas de salir a miccionar, defecar, jugar y en definitiva relajarse un poco y nosotros ganas de sentarnos o acostarnos a descansar. Pues hay gente que llega del trabajo, de estudiar o de una fiesta, que sitúan las necesidades del perro por debajo de las suyas, y lo sacan a que haga sus necesidades para después inmediatamente, volver a introducirlo entre las cuatro paredes de la casa. ¿Cómo afecta eso al animal? Pues lo limita a estar a expensas de tus deseos o de tus necesidades, generándole estrés y ansiedad al no tener necesidades básicas para el como relacionarse, jugar, andar, oler, o paliar su curiosidad.

Todas estas actividades, son las que a él le ayudan a gestionar de una manera eficiente y positiva el estrés que le genera su vida en la sociedad humana, donde tiene que pasar horas y horas encerrado sin hacer nada o ir atado para poder desplazarse. Ese no hacer nada no tiene las mismas implicaciones para nosotros que para él.

perro activo y feliz

Un perro que está todo el día encerrado inactivo, sin ningún tipo de estimulación, está más predispuesto a desarrollar cualquier tipo de patología, ya sea mental o física, que perros que tienen una actividad media o alta durante el día. Los perros necesitan de cierta actividad diaria que les cubran las necesidades de juego y ejercicio, así como la curiosidad de poder relacionarse con nuevos individuos, ya sea de su especie o de otra, o con nuevos entornos, o de investigar nuevos objetos, etc.

Esta necesidad, puede llegar a convertirse en una motivación que tener que cubrir para poder saciarla. Y voy a poner el ejemplo con la comida.

El estrés y la comida

Un ejemplo claro de humanización, que es a mi entender uno de los mayores focos de estrés para un perro, es la dieta que le damos, y no me refiero a darle las sobras de nuestra comida, que eso seria muy aceptable, me refiero a la dieta basadas en piensos industriales. Estos piensos están hechos en su mayoría con cereales y dan un aporte de carbohidratos muy superior a lo aconsejable para un carnívoro. El perro, como carnívoro que es, no genera la enzima amilasa en la saliva para metabolizar correctamente los carbohidratos. Sin embargo, la mayoría pensamos que darle de comer a nuestro perro pan, arroz o grandes cantidades de cereales, al igual que a nosotros que somos omnívoros, es beneficioso para su salud. Y para nada es así. Esto para mi es un claro ejemplo de humanización que se produce con la complicidad de las marcas de pienso, ya que para ellos es mas facil y les genera mas beneficios, el tener productos cuyo ingrediente principal son los cereales, a lineas de productos cuyo ingrediente principal sea la proteína de origen animal. Sin embargo este es otro tema.

Ignorando sus necesidades

Volviendo a la cuestión que nos ocupa, la mayoría de las veces, alimentamos al perro con pienso por dos motivos: El primero comodidad, y el segundo por que se supone que es un alimento completo, ya que es lo que te dice el fabricante y lo que te dice tu veterinario.

El motivo de la comodidad, es muy recurrente por que es mucho más cómodo y rápido administrar pienso industrial directamente del envase, y luego está el tema de cómo el veterinario te lo recomienda. Sin embargo, lo que dice el veterinario va en contra de la lógica mas básica, ya que un carnívoro come y debe de comer carne y no cereales. Sin embargo la capacitación que obtienen los veterinarios en nutrición canina, en los 3 años que dura la carrera, es prácticamente nula. Es por cuestión de tiempo. No les da para aprenderse que deben de comer anfibios, aves y equinos.

Así que normalmente, obtienen esta capacitación de los congresos y seminarios que las marcas de pienso organizan sobre nutrición. Y claro, es de lógica pensar, que ninguna marca va a organizar un congreso de alimentación para hablar mal de su propia marca. Es de lógica.

De esta manera, los veterinarios obtienen a parte de la información, contactos sobre como vender esas marcas en su futura Clínica Veterinaria, donde se le llenará de perros con problemas de piel, de corazón, estomacales… es un buen sistema de ventas, sin embargo este es otro tema. Vayamos al quid de la cuestión.

comida y ansiedad canina

El fondo del asunto

Mucha gente me pregunta, Antonio ¿cómo puedo evitar la ansiedad en mi perro?, y yo siempre les contesto: deja de darle pienso al pobre animal de entrada. Al alimentar a un perro con pienso industrial basado en cereales, ya sea por el motivo que sea, comodidad o por recomendación de nuestros veterinarios, estamos negándole en su dieta, una variedad de nutrientes, que son esenciales, lo repito para que quede claro, ESENCIALES, para la vida del animal.

Los perros tienen necesidad de 22 aminoácidos esenciales para su vida. Él mismo, mediante su hígado, es capaz de producir 12 de esos aminoácidos, sin embargo 10 de ellos, deberá obtenerlos de su alimentación. Y no esos aminoácidos, como la taurina, la lisina, la arginina o la treonina, no se encuentran en las cadenas de aminoácidos de las proteínas vegetales. Por lo tanto, aquí vemos claramente que nuestro perro necesita carne, pescado o huevos para obtener lo que necesita para vivir.

De el libro de el gran Carlos Alberto Gutierrez, el Veterinario-Nutricionista, Las Escandalosas Verdades sobre el alimento de tu perro:

En general, hay 22 aminoácidos diferentes requeridos por el perro. De los 22 aminoácidos, 12 pueden ser producidos por el perro (Internamente, en el hígado) Los otros 10 no los puede producir y por lo tanto deben de venir de una fuente externa: la comida. Estos aminoácidos son conocidos bajo el término de “esenciales”:

  1. .AMINOÁCIDOS NO ESENCIALES –estos aminoácidos pueden ser creados por el organismo. Ya que el cuerpo puede producirlos, no necesitan estar presentes en la dieta.
  2. .AMINOÁCIDOS ESENCIALES –éstos no pueden ser producidos por el organismo y
    deben provenir de la comida. Mira esta breve descripción de cada uno de estos 10 aminoácidos esenciales. Por eso la importancia de proveer proteína animal de calidad:
  • ARGININA: estimula el sistema inmune, induce la liberación de la hormona del crecimiento y
    apoya al hígado en la depuración del amonio.
  • HISTIDINA: libera la histamina, está asociada con el control del dolor y ensancha vasos
    sanguíneos pequeños para estimular la secreción de jugo gástrico del estómago.
  • ISOLEUCINA: y LEUCINA: ver VALINA.
  • LISINA: promueve el crecimiento óseo en cachorros y estimula la secreción de jugos gástricos.
  • METIONINA: asiste a la vesícula biliar en sus funciones, ayuda a prevenir los depósitos grasos en el hígado, equilibra el pH del tracto urinario y da entrada a la taurina.
  • FENILALANINA: está relacionada con el control del apetito, incremento de la presión en caso de hipotensión, junto con minerales actúa en la pigmentación del pelo y la piel, produce adrenalina y noradrenalina.
  • TREONINA: regula la liberación de energía, actúa positivamente sobre el humor o la depresión, produce adrenalina, y es precursora de la hormona tiroidea.
  • TRIPTÓFANO: produce la serotonina, promotora del sueño.

La comida es vital

El perro es un animal carnívoro, que a pesar de estar plenamente integrado en la sociedad humana, no es como nosotros omnívoro. Esto hace que las dietas basadas en piensos industriales obtenidos de materias primas de mala calidad (tan mala que tu no te la comerías), supongan una fuente inagotable de problemas para nuestras mascotas, desde enfermedades físicas, hasta acumular estrés alrededor de la comida, dando como resultado un perro con multitud de actitudes y comportamientos compulsivos que no comprendemos ni somos capaces de resolver.

El perro todo lo que obtiene en esta vida lo saca de nosotros. Si sale a la calle, es por que lo sacamos, si bebe es por que le damos agua, y si come es por que nosotros lo alimentamos. Si hay una deficiencia en su dieta, somos nosotros los que tenemos la responsabilidad de corregirla, ya que él no puede. Sin embargo, él es el que la sufre.

perro sereno con su familia

Qué es la ansiedad en perros y cómo se manifiesta

Para poder ayudar de verdad a un perro, conviene entender qué ocurre en su organismo cuando aparece la ansiedad. La ansiedad es una respuesta de alerta que puede activarse por estímulos externos (ruidos, separaciones, entornos nuevos) o internos (expectativas, dolor, enfermedades). No es “mala” en sí misma, pero cuando se prolonga o se intensifica se convierte en un problema de bienestar y convivencia.

En el plano fisiológico intervienen varios sistemas. Los neurotransmisores como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina participan en la modulación del miedo, la impulsividad, la exploración y la atención; mientras que las hormonas del estrés (glucocorticoides) ajustan la respuesta física del organismo. Cambios sostenidos en estas sustancias pueden traducirse en conductas y signos clínicos que vemos en casa.

Entre los signos más frecuentes descritos por tutores y profesionales se incluyen: ladridos y aullidos excesivos, destructividad hacia objetos, jadeo persistente, pupilas dilatadas, micción y defecación en casa, hipersalivación, vómitos, taquicardia, taquipnea y, en ocasiones, anorexia. La intensidad y combinación de señales varía de un perro a otro; por eso es clave observar patrones y contextos.

Si notas que tu perro muestra algunas de estas señales, especialmente si se repiten o empeoran, consulta con tu veterinario o con un veterinario especialista en comportamiento (etólogo). Un profesional puede descartar causas médicas, determinar el tipo de ansiedad y proponer un plan personalizado.

vinculo perro humano relajado

Causas frecuentes y factores que predisponen

La ansiedad canina no surge de un único motivo. Suelen confluir experiencias previas, genética, aprendizaje y entorno. Conocer las causas más habituales te ayudará a prevenir y a intervenir con precisión.

  • Falta de socialización temprana: perros que no han sido expuestos de manera positiva a personas, perros y estímulos variados durante etapas sensibles pueden desarrollar temores o reacciones desproporcionadas más adelante.
  • Ansiedad por separación: aparece cuando el perro no tolera quedarse solo o separado de su figura de apego. Es habitual en animales con historia de abandono o cambios bruscos de rutina.
  • Ruidos intensos: tormentas, petardos, obras y otros sonidos súbitos pueden desencadenar respuestas de pánico.
  • Cambios en el entorno: mudanzas, reformas, llegada de un bebé o de otro animal, variaciones en horarios y ausencias prolongadas.
  • Predisposición genética: ciertas líneas o individuos presentan mayor sensibilidad al estrés; no determina el futuro, pero sí aumenta la vulnerabilidad.
  • Esterilización/castración: sus efectos sobre la ansiedad son variables y dependen del individuo. Conviene evaluar cada caso con el veterinario.
  • Salud y dolor: patologías endocrinas, gastrointestinales, dermatológicas o dolor crónico elevan el nivel basal de estrés y empeoran la reactividad.

La buena noticia es que, con pautas de convivencia adecuadas, enriquecimiento ambiental y, cuando procede, apoyo profesional, es posible reducir significativamente la ansiedad y mejorar la calidad de vida del perro y de la familia.

perro calmado en casa

Prevención: socialización y entorno estable

La prevención empieza antes de que aparezca el problema. Socializar bien a un cachorro o re-socializar de forma amable a un adulto ayuda a construir confianza y flexibilidad. Exponer de manera gradual y positiva a personas diversas, perros equilibrados, superficies, sonidos y situaciones reduce la probabilidad de respuestas de miedo más adelante.

Además, conviene crear un entorno predecible: rutinas de paseo, juego y descanso con horarios razonablemente estables; un lugar de refugio donde el perro se sienta seguro; y reglas claras de convivencia que se apliquen con coherencia y amabilidad. Los perros prosperan cuando saben qué esperar y qué se espera de ellos.

Recuerda que el aprendizaje no termina nunca. Las experiencias cotidianas, bien gestionadas, son oportunidades para reforzar la calma, promover habilidades sociales y fortalecer el vínculo.

perro adulto tranquilo

Plan práctico para reducir la ansiedad

Además de cubrir necesidades básicas (agua, alimento adecuado, descanso, higiene, juego y paseo), integra estas pautas que han demostrado ser útiles para disminuir el estrés en perros nerviosos o inquietos.

Caricias y masajes conscientes

El contacto social positivo favorece la liberación de endorfinas y oxitocina, sustancias asociadas al bienestar. Dedica minutos de atención de calidad con caricias lentas en zonas toleradas (pecho, cuello, lomo) y masajes suaves. Evita invadir si el perro se retira; busca su consentimiento y observa señales de relajación (bostezo, suspiro, postura blanda).

Actividad física ajustada a su perfil

Todos los perros necesitan movimiento, pero la dosis debe adaptarse a edad, tamaño, condición física y temperamento. La actividad física adecuada es analgésica, mejora el sueño y regula el ánimo. Algunas ideas:

  • Jugar a la pelota en el parque.
  • Salir a correr.
  • Actividades con otros perros.
  • Paseos en la montaña.
  • Día de playa para perros.
  • Largas caminatas por la ciudad, la playa o la montaña.

Intercala fases de olfateo libre y caminatas a ritmo tranquilo. Oler no es “perder el tiempo”: es una necesidad cognitiva que reduce la activación.

Rutinas y estructura diaria

Las rutinas reducen la incertidumbre. Mantén horarios similares de salidas, comida y descanso, sin rigidez excesiva. Antes de ausentarte, realiza una breve secuencia previsible (paseo, agua, enriquecimiento) para que el perro anticipe que podrá relajarse.

Ruido de fondo amable

Dejar música suave o un sonido ambiente constante puede amortiguar ruidos externos. Alternativas útiles: playlists calmadas, audiolibros o una radio a volumen bajo. Evita sonidos estridentes y no confíes solo en esta herramienta; es un apoyo dentro de un plan completo.

Juegos de olfato y rompecabezas

Los juguetes tipo rompecabezas y comederos interactivos proporcionan estimulación mental y canalizan conductas naturales. Puedes repartir la ración en varios dispositivos o esconder pequeñas porciones en distintos puntos de la casa. Supervisión y progresión gradual para evitar frustración.

Tu actitud importa

Los perros leen nuestras emociones. Mantén la calma en despedidas y regresos, evita discursos largos y rituales que sobreactiven. Si te cuesta, prueba a despedirte con mimos unos minutos antes y, en el momento de salir, hazlo con naturalidad.

perro descansando sin estres

Ansiedad por separación: cómo abordarla paso a paso

La ansiedad por separación es uno de los motivos de consulta más frecuentes. Suele manifestarse con ladridos o aullidos persistentes, destructividad, micción/defecación en casa y dificultad para quedarse solo. Trabajarla requiere progresión, gestión del entorno y, a menudo, apoyo profesional.

Señales típicas

  • Micciones o defecaciones dentro de casa (sin relación con el aprendizaje higiénico).
  • Ladridos o aullidos excesivos.
  • Masticación u otros comportamientos destructivos cuando está solo.
  • Cambios en el apetito o hiperactividad al reencuentro.

Protocolo básico de trabajo

  1. Crea una rutina previsible: sal y vuelve a horas similares siempre que sea posible. Anota tu plan en un lugar visible para mantener coherencia familiar.
  2. Desensibiliza señales de salida: ponte los zapatos, coge llaves o abrigo sin salir realmente, varias veces al día, hasta que pierdan valor como detonantes.
  3. Incrementa ausencias de forma progresiva: empieza con duraciones muy breves (por ejemplo, 3 minutos) en los que el perro tenga enriquecimiento ambiental (kong, masticables, juegos de olfato, prendas con tu olor) y no muestre señales de angustia. Sube a 5 minutos, luego 7, 10, etc. Mantén un registro y no avances si hay retrocesos.
  4. Gestiona el entorno: habilita una zona segura con cama, agua y opciones de masticación. Si la jaula/transportín está positivizado y el perro entra voluntariamente, puede ser útil para periodos controlados; en ausencias largas, prioriza espacios más amplios. El perro debe tener siempre acceso a agua y, si procede por el tiempo fuera, a comida.
  5. Apóyate en tecnología con criterio: una cámara te permite evaluar en tiempo real cómo gestiona la soledad y ajustar el plan. Usar audio para hablarle o dispensar premios puede ayudar, pero no sustituye al entrenamiento: el perro sabe si estás o no estás.

Si la angustia es intensa o prolongada, busca ayuda de un etólogo o educador canino con experiencia. Un profesional valorará si conviene apoyo farmacológico temporal mientras se trabaja el comportamiento.

Entrenamiento, etología clínica y medicación

El pilar del tratamiento de la ansiedad es la modificación de conducta basada en desensibilización, contracondicionamiento y refuerzo de conductas calmadas. La intervención de un profesional ayuda a identificar los estímulos disparadores y a diseñar ejercicios seguros y efectivos.

En algunos casos, el veterinario puede recomendar medicación para reducir la reactividad y facilitar el aprendizaje. Existen fármacos con acción ansiolítica, sedante o moduladora del estado de ánimo (por ejemplo, opciones de acción simpaticolítica como la dexmedetomidina en gel oral para eventos sonoros, o antidepresivos con efecto ansiolítico bajo supervisión). Es importante comprender que no todos los sedantes producen calma mental: algunos relajan el cuerpo pero no resuelven la emoción subyacente, lo que puede aumentar la frustración. Por eso la elección y el seguimiento deben recaer siempre en el veterinario.

La evidencia disponible sugiere que, combinando medicación cuando es necesaria con pautas conductuales coherentes, se logran mejores resultados que usando una sola herramienta. Evita la automedicación: dosificación, duración y retiradas requieren control profesional.

Fitoterapia y nutracéuticos: opciones complementarias

Algunas herramientas naturales pueden ser un complemento útil dentro de un plan integral. Úsalas con criterio y supervisión veterinaria, especialmente si el perro toma otros fármacos o padece enfermedades.

  • Manzanilla (infusión o suplemento): propiedades calmantes suaves; puede ayudar a la relajación y aliviar molestias digestivas asociadas al estrés.
  • Lavanda (ambiente): su aroma es apreciado por su efecto tranquilizante. Emplea aceites esenciales siempre diluidos y nunca los apliques sobre la piel del perro ni en zonas donde pueda lamer; difusor en estancias ventiladas y exposición corta.
  • CBD (cannabidiol): puede modular la respuesta al estrés a través del sistema endocannabinoide. Requiere productos de calidad, dosis ajustada y guía de un veterinario con experiencia.
  • Raíz de valeriana y pasiflora: tradicionalmente usadas por sus efectos sedantes suaves; útiles en perros con inquietud y dificultades para dormir.
  • Ashwagandha y eleutero (ginseng siberiano): adaptógenos que ayudan a la resiliencia frente al estrés; consulta dosis según tamaño y condición.
  • Hongo reishi: con compuestos bioactivos que apoyan la respuesta al estrés e inmunidad; suele administrarse en polvo o extracto, mezclado con comida por su sabor amargo.
  • Ácidos grasos omega-3: especialmente el DHA y el EPA, contribuyen a la salud neurológica; fuentes marinas o algales de calidad pueden ser una ayuda adicional en planes de manejo del estrés.

Recuerda: “natural” no es sinónimo de “inocuo”. Ajusta siempre presentación y dosis al individuo y valora interacciones.

Alimentación y ansiedad: integrar ciencia, necesidades y práctica

En el apartado original abordé cómo las dietas basadas en ciertos piensos industriales pueden contribuir al estrés por exceso de carbohidratos y déficit de nutrientes clave para un carnívoro facultativo como el perro. Mantengo ese criterio: la calidad de los ingredientes y el perfil de macronutrientes importan. Ahora bien, la evidencia y la experiencia clínica también muestran que hay múltiples caminos nutricionales que pueden sostener la salud, siempre que estén bien formulados, supervisados y ajustados al individuo.

Claves prácticas para reducir el estrés alimentario:

  • Materia prima de calidad: prioriza proteína animal de alto valor biológico si optas por dietas tradicionales; si eliges una dieta vegetal por convicción o indicación veterinaria, asegúrate de que sea completa y equilibrada, con proteínas y aminoácidos esenciales correctamente suplementados.
  • Rituales de comida tranquilos: horarios regulares, lugar sin interrupciones, sin presión ni castigos alrededor del comedero. Comer debe asociarse a bienestar.
  • Enriquecimiento con alimentos funcionales: como complemento, ciertos alimentos vegetales pueden aportar micronutrientes útiles para el equilibrio emocional: arándanos (antioxidantes), espinacas (magnesio y folato), boniato (energía estable y vitaminas), semillas de calabaza (magnesio y triptófano), almendras molidas en cantidades muy pequeñas y controladas, plátano (potasio y vitamina B6) y avena (carbohidrato complejo). Introduce siempre de forma gradual y verifica tolerancia.
  • Omega-3: incorpora fuentes de EPA/DHA (pescados grasos o aceites de algas) para apoyar la salud cerebral y la modulación de la inflamación.

La intención no es humanizar la dieta, sino optimizarla para tu perro concreto. La supervisión de un veterinario con formación en nutrición o un nutricionista canino es el mejor atajo para evitar carencias y, por tanto, fuentes de estrés.

Checklist diario de bienestar emocional

  • Agua fresca disponible todo el día en recipientes adecuados.
  • Dos paseos largos con tiempo de olfateo y relación social, más salidas cortas de higiene si las necesita.
  • Juego estructurado (lanzamientos controlados, tira y afloja con normas, búsqueda de premios) y periodos de calma.
  • Enriquecimiento (kong, masticables naturales, rompecabezas) repartido a lo largo del día.
  • Descanso suficiente en un lugar cómodo y seguro, sin interrupciones.
  • Entrenamiento amable de habilidades sencillas (venir, soltar, tumbarse), con refuerzo positivo.
  • Vinculación diaria a través de caricias, masajes y presencia tranquila.

Errores comunes que alimentan la ansiedad

  • Minimizar necesidades: creer que un patio sustituye salidas de calidad.
  • Castigar el miedo: gritar o corregir intensifica la emoción y rompe el vínculo.
  • Avanzar demasiado rápido en protocolos de separación; la prisa genera recaídas.
  • Usar sedantes a ciegas: relajar músculo no es calmar mente; siempre bajo supervisión veterinaria.
  • Desorganización familiar: reglas y horarios cambiantes crean incertidumbre.

Cuándo consultar con profesionales

Siempre que la ansiedad interfiera con la vida del perro o tu convivencia, busca apoyo. El veterinario descartará causas médicas y valorará medicación si conviene; el etólogo/educador canino diseñará un plan de modificación de conducta adaptado. Juntos, y con tu compromiso, es como se ven cambios sostenibles.

Preguntas frecuentes

¿Entrenamiento o medicación?

Depende de la gravedad y del caso. En problemas leves a moderados, el entrenamiento y la modificación de conducta suelen bastar. En casos graves o muy cronificados, puede requerirse medicación temporal para facilitar el aprendizaje. Decide con tu veterinario.

¿Se puede prevenir la ansiedad?

Sí, con socialización adecuada, atención a necesidades físicas y mentales, y un entorno estable desde etapas tempranas. En adultos, la exposición gradual y positiva también previene recaídas.

¿La castración reduce la ansiedad?

Su efecto es variable y depende del individuo y del tipo de problema. Consulta riesgos/beneficios con tu veterinario valorando el caso concreto.

¿El enriquecimiento ambiental ayuda?

Mucho. Los estímulos mentales y físicos (juegos de olfato, rompecabezas, masticación, exploración) mejoran el bienestar emocional y reducen conductas de ansiedad.

¿La ansiedad es hereditaria?

Puede existir predisposición genética, pero el entorno, la socialización y las experiencias tienen un papel determinante. La heredabilidad varía entre líneas e individuos.

Reforzando los pilares del vínculo sin humanizar

Regresemos al corazón de este artículo: la responsabilidad que tenemos como guías de nuestros perros. Cubrir necesidades no es solo dar agua y comida. Es comprender que el bienestar emocional se nutre de rutina, libertad para ser perro (olfatear, explorar, relacionarse), comunicación clara y paciencia para permitir el error. Un perro puede equivocarse sin que exista “venganza”; su conducta expresa necesidades que debemos aprender a leer.

Herramientas avanzadas: cuando tu perro es muy inquieto

Hay perros con un alto umbral de actividad que parecen no cansarse nunca. En ellos, planifica días más ricos a nivel cognitivo y control de impulsos, no solo energía física:

  • Olfateo dirigido (búsqueda de premios en casa y exterior).
  • Trucos sencillos que requieran concentración (tocar mano, pasar por debajo de una pierna, girar, saludar con la pata).
  • Autocontrol con esperas breves antes de puertas y comida, siempre con refuerzo cuando lo hace bien.
  • Variedad de texturas de masticación (apto para su tamaño y dientes) para canalizar energía oral.

Si integras todo esto en rutinas amables, verás cómo el perro gana serenidad y aprende a desconectar.

Recordatorio sobre la formación profesional

En el artículo original puse el foco en cómo algunos mensajes comerciales influyen en recomendaciones alimentarias. Hoy, más allá de matices sobre la duración de los estudios o los contenidos de los planes formativos, lo importante es que busques profesionales actualizados en nutrición y comportamiento. La ciencia avanza, y tu perro se beneficia cuando quienes le atienden se forman de manera continua.

Tu hoja de ruta, hoy

  1. Evalúa necesidades reales de tu perro: agua, comida de calidad, paseos con olfato, descanso y juego.
  2. Introduce enriquecimiento diario y rutinas predecibles.
  3. Trabaja la separación con progresiones medibles y apoyo profesional si lo necesitas.
  4. Cuida tu actitud: calma, coherencia y refuerzo de la tranquilidad.
  5. Consulta con veterinario/etólogo si hay sufrimiento o estancamiento.

Evitar la ansiedad en mi perro es fácil

Hay que intentar ser conscientes de las limitaciones que tiene nuestro perro, y no creernos que por que le damos algo de comer, algo de agua y lo saquemos 20 minutos al día, debe de ser feliz. Eso no es tener tus necesidades cubiertas. Mirémoslo por el lado desde el cual él vive las cosas, y así podremos dejar de humanizar a un animal que en definitiva, lo que debe es vivir la vida como tal. Y tiene derecho a fallar.

Muchas veces, les quitamos el derecho a estar equivocados, a fallar, y eso es un derecho que tenemos todos. Si tu perro destroza cosas cuando te vas de casa y lo dejas sólo, no lo hará por venganza hacia ti y tu persona, si no que estará expresando una necesidad, y tu como su amigo y guía humano debes de ser lo suficientemente consciente de la situación.

Hay que ser también, conscientes de sus necesidades, para que estas no se conviertan en un foco de estrés y ansiedad. Así es como se evita la ansiedad en el perro.

Si tenemos un perro encerrado 23 horas al día en una casa, comiendo pienso barato, sin tener relación con otros individuos de su especie, sin juego, saliendo a la calle amarrado y con bozal, no podemos ni debemos esperar que sea feliz. Os digo desde aquí queridos humanos, que eso es algo imposible.

Despedida y cierre

La manera, el cómo evitar la ansiedad en mi perro es fácil; cubre sus necesidades. Analiza que es lo que necesita tu perro y dáselo. No hay mayor sinónimo de amor.

Sin mas, espero que estas líneas os sirvan para reflexionar.

Un saludo y si tenéis cualquier duda o pregunta, dejadla en los comentarios de esta entrada. Y cuidadme a vuestros perros.

Si has llegado hasta aquí, ya dispones de una base sólida y accionable para mejorar el bienestar emocional de tu perro: entiende qué le ocurre, organiza su mundo con calma y coherencia, enriquece su día a día y pide ayuda profesional cuando la necesites. Los cambios sostenidos nacen de pequeñas decisiones repetidas con cariño.