Todos sabemos que los perros realmente no hablan en el sentido de utilizar un lenguaje humano, pero como cualquier otro animal saben comunicarse de diferentes maneras. Nosotros como dueños nos centramos en el lenguaje hablado para comunicarnos con ellos, pero no es realmente la mejor forma de hacerlo, ya que ellos se comunican de otras formas que les resultan más naturales.
Los perros ‘hablan’ con la cola, con su posición corporal e incluso con sus sonidos y ladridos. Todo ello en conjunto nos puede dar una idea de lo que nos quieren expresar. Aquellos que llevan años conviviendo con perros han aprendido a leer su lenguaje corporal y las señales que nos envían para expresar cómo se sienten, pero si todavía estáis aprendiendo os contamos algunas de las formas en las que los perros hablan.
Perros comunicándose entre ellos
Los perros se comunican entre ellos de cuatro formas. Mediante el olfato, el movimiento de la cola, su posición corporal y los ladridos. Con todo esto son capaces de expresar a otros perros todo un elenco de estados de ánimo y situaciones. Hay múltiples combinaciones de todos estos elementos. Es por eso que en ocasiones erramos a la hora de entender las intenciones o cómo se siente un perro ante una situación. Podemos pensar que un perro está siendo agresivo cuando muestra los dientes y tiene el pelaje erizado, pero quizás solo se encuentra asustado, en caso de tener el rabo escondido. Casi todos sabemos que el movimiento de cola significa que están contentos, pero a veces solo es una señal de calma ante otro perro que acaban de conocer, para indicarles que son amistosos.
Cómo nos hablan los perros
De la misma forma que se comunican con otros perros, nuestras mascotas intentan hablar así con nosotros. Lo primero que debemos reconocer porque es muy fácil es el movimiento de la cola. Tenemos que quedarnos con lo general para comenzar a entender a nuestros perros. Si el perro lleva la cola alta pero no muy tensa es que está relajado. Si la lleva baja también puede ser que se ha relajado y no hay excitación o alegría, como cuando sale a pasear. Un rabo muy alto y rígido denota un poco de tensión y podemos verlo cuando conoce a otro perro. Por otro lado, un rabo encogido y metido entre sus patas indica a todas luces miedo.
Los olores para ellos son fundamentales. Nosotros no entendemos esta faceta ni podemos compararnos con ellos en cuanto a olfato. Pero siempre debemos dejar que un perro nos huela para que se quede con nuestro olor y así pueda identificarnos siempre. Es una forma de presentarnos ante ellos.
Su posición corporal también nos indica cómo se siente el perro. Si está tenso es que se encuentra nervioso. Es importante ver cómo se comporta cuando conoce gente u otros animales, porque así podremos entender mejor cómo se expresan. Con nosotros los perros suelen estar relajados. A la hora de presentarse ante otro animal debes fijarte en que se presentan de lado, porque de frente significa desafío, y no suelen mirarse directamente a los ojos, porque eso también puede crear tensión. Si se encuentran encogidos indica miedo o tensión.
A la hora de hablar también veremos que tienen un gran elenco de sonidos. Los perros ladran con diferentes tonos cuando muestran alerta ante algo, con un sonido más grave. Si están contentos ladran con un sonido más agudo y si se muestran agresivos suelen gruñir o incluso no emitir sonidos. También hay que decir que existen perros que ladran mucho y otros que casi no emiten sonidos y a los que escuchamos ladrar en muy contadas ocasiones, todo depende del propio perro. En el caso de los perros nórdicos nos encontramos con la peculiaridad de que no solo pueden gruñir y a veces ladrar, sino que emiten aullidos con una increíble variedad de sonidos que llegamos a conocer con el tiempo. En este caso tenemos unos perros que son quizás menos expresivos con el cuerpo pero cuyos aullidos nos dicen un sinfín de cosas. Eso sí, cada perro en este sentido es un mundo y con el tiempo aprenderemos a distinguir sus propios sonidos.