El perro es un animal que ladra para comunicarse. Gracias al ladrido, puede expresar alegría y felicidad, pero también dolor, tristeza e incomodidad. Si queremos que sólo ladra en determinadas situaciones, tendremos que tener esto muy en cuenta: no se puede eliminar este comportamiento.
Así pues, si te estás preguntando cómo hacer que el perro deje de ladrar, tendrás que saber primero por qué lo hace y qué pretende. De este modo, podrás tomar las medidas que sean necesarias.
¿Por qué ladran los perros?
Los perros ladran por muchos y diversos motivos. Por ejemplo:
- Cuando están solos y/o aburridos: aquellos se pasan el día solos en casa sin nada que hacer, o aquellos que se pasan la vida atados a una cadena, ladran para que su familia les haga caso.
- Cuando quieren que alguien (perro, gato y/o persona) se aleje: si no se han socializado correctamente, no sabrán cómo deben de comportarse ni cómo reaccionarán los otros animales, de modo que para evitar problemas ladran.
- Cuando se sienten muy felices: ya sea porque van a salir a pasear, comerse algo que les encanta (una lata, por ejemplo), o porque su humano vuelve después de trabajar, a veces están tan contentos que no pueden evitar ladrar.
¿Cómo dejar que ladren?
Si queremos que dejen de ladrar lo primero que tenemos que hacer es averiguar la causa, ya que dependiendo de ésta deberemos de hacer unas cosas u otras. Así pues, tenemos unos perros que pasan mucho tiempo solos, deberemos de sacarlos a pasear, jugar con ellos y, en pocas palabras, hacernos cargo de ellos. Si no podemos, por el motivo que sea, la mejor solución será buscarles una nueva familia, a ser posible con la ayuda de una Protectora. Puede sonar muy cruel, pero un perro necesita atención, necesita cuidados, necesita que se le dé cariño. Si no podemos ofrecerle esto, no tengamos perros.
En el caso de que ladren porque no han sido socializados, lo más aconsejable es pedir ayuda a un adiestrador canino que trabaje en positivo; es decir, con premios. Y si lo que ocurre es que se ponen muy nerviosos y alegres cuando van a hacer algo que les encanta, la solución es darles la espalda hasta que se calmen.
Los perros ladran, al igual que los gatos maúllan y las personas hablábamos. Como sus cuidadores, tenemos que escucharles y ofrecerles las atenciones que merecen.