Durante el verano los humanos y nuestros queridos peludos tenemos muchas ganas de pasárnoslo bien. Si podemos, nos vamos a la playa, y si no, al parque, al campo o a dar una vuelta. Pero lo que tendría que ser una experiencia maravillosa podría no serlo tanto si no tomamos las precauciones adecuadas.
Hay que tener en cuenta, sobretodo si tiene el pelo largo o la cara achatada, que puede coger demasiada calor muy rápidamente. De ocurrir, su propia vida podría estar en peligro. Por lo tanto, te voy a explicar cómo prevenir el golpe de calor en los perros; así sabrás lo que tienes que hacer para que tu amigo no lo sufra.
¿Cuáles son los síntomas del golpe de calor en los perros?
Los perros no sudan como nosotros: no pueden. Su cuerpo está cubierto por una o dos capas de pelos que le impiden hacerlo, así que para regular su temperatura corporal jadean. El problema es que si están expuestos de manera directa al sol su situación podría empeorar mucho, hasta el punto de que empezarían a mostrarse débiles, apáticos; además jadearían mucho más de lo habitual y tendrían problemas para mantener el equilibrio.
En casos realmente graves, se puede llegar a desmayar y podría incluso quedar inconsciente.
¿Cómo prevenirlo en nuestros peludos?
Hay varias cosas que podemos hacer para prevenirlo, que son:
- Dejarle siempre agua limpia y fresca a libre disposición. Es lo más básico. El animal tiene que poder beber siempre que quiera.
- Darle comida húmeda en vez de seca, al menos durante el verano, para que se mantenga correctamente hidratado.
- No dejarlo en el coche encerrado, y mucho menos al sol y con las ventanas cerradas. El coche actúa como un invernadero, absorbiendo la calor rápidamente. Si dejamos el perro dentro, podría morir en cuestión de minutos.
- No pasearlo durante las horas de más calor. Es mejor hacerlo por la mañana temprano o al anochecer, ya que además hay que tener en cuenta que de lo contrario podría sufrir quemaduras en sus almohadillas.
¿Qué hacer si tiene un golpe de calor?
En estos casos, hay que llevarlo a un sitio con sombra lo antes posible y refrescarlo, dándole agua fresca y humedeciendo su cara y cuerpo con un trapo o toalla. Si está inconsciente, lo llevaremos de manera urgente a la clínica veterinaria.
Por muy mal que esté, no tenemos que envolverlo con toallas ni bañarlo con agua fría, ya que podríamos causar daños cerebrales. En cuanto mejore, lo llevaremos al veterinario.
Esperamos que este artículo te sea de utilidad 🙂 .