¿Has oído hablar de la piómetra canina? ¿Tu perra la está sufriendo y te gustaría saber qué tienes que hacer para que mejore? Cuidar de un animal de compañía no sólo se trata de alimentarlo, sino también proteger su salud y llevarlo al veterinario cada vez que lo necesite.
Los canes pueden tener muchas enfermedades, siendo esta afección una de las más peligrosas para las hembras. Por este motivo, te vamos a decir cómo saber si mi perra tiene piómetra.
¿Qué es la piómetra?
La piómetra es una enfermedad infecciosa no contagiosa originada por una infección en el útero en cuyo interior se acumulan secreciones y pus. Es muy frecuente en las perras que han alcanzado la madurez sexual y que no han sido castradas.
Se distinguen dos tipos:
- Abierta: es cuando todo el material purulento sale al exterior a través de la vagina.
- Cerrada: ocurre cuando el cuelo del útero ya se ha cerrado, por lo que no hay secreción vaginal.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más comunes de la piómetra en perras son los siguientes:
- Pérdida de apetito: la peluda tiene pocas ganas de comer, y cuando finalmente se decide mastica sin mucho ánimo.
- Pérdida de peso: si come poco, perderá peso.
- Letargo: pierde interés por cosas que antes le encantaban, como los paseos o los juegos. Pasa más tiempo en su cama.
- Secreciones vaginales: en el caso de la piómetra abierta, se observará una secreción entre mucosa y sanguinolenta que podría confundirse con un celo.
- Shock y septicemia: si no se trata, se desencadenaría una infección generalizada que podría poner en peligro la vida de la perra.
¿Cómo se trata?
El tratamiento más recomendable en casos leves, es decir, en aquellos en los que NO se ha producido una infección generalizada, es la ovariohisterectomía que es la extirpación de los ovarios y del útero.
En casos graves, se procederá a tratarla con antibióticos, así como a drenarle y a limpiarle el útero.
Si sospechas que a tu peluda le ocurre algo, no dudes en llevarla al veterinario.