Es uno de los “pesos pesados” del mundo canino, pero todo lo que tiene de grande lo tiene de cariñoso. El Gran Danés es una raza que, pese a su tamaño, se adapta muy bien a vivir en un piso; aunque no pueden faltar ni los paseos ni el ejercicio, ya que el exceso de peso podría suponerle un serio problema.
De crecimiento lento, terminan su desarrollo físico mucho más tarde que la mayoría de razas: entre el año y medio y los dos años. Pero, ¿te has preguntado alguna vez cuánto debe pesar un Gran Danés adulto?
Según la Federación Cinológica (FCI), los machos pesan entre 73 y 100 kg, y las hembras entre 58 y 90 kg. Son muy altos, pudiendo medir hasta los 2,10 metros de pie sobre las patas traseras (mucho más que la mayoría de seres humanos), por lo que es uno de esos animales a los que podrás abrazar cuantas veces quieras, y él seguro que te responderá con el mismo afecto, quizás dándote un «mega» lametón en la cara.
Son fuertes, tienen un cuerpo robusto, y podrían parecer torpes. Pero no lo son. Están considerados como perros de raza gigante, pero ello no significa que no puedan/sepan caminar y correr como cualquier otro can sano.
Con respecto a la altura a la cruz, los machos miden entre los 80 y los 90 cm, y las hembras entre 72 y 86 cm. Los primeros son tan altos como largos, pero ellas pueden ser más largas que altas. En todo caso, es muy importante mantener una rutina de ejercicios para evitar que coja kilos de más. Paseos y juegos diarios le ayudarán, no sólo a estar en forma, sino también a ser feliz.
Eso sí, no hay que forzar sus músculos ni huesos: hay deportes caninos, como el agility, que pueden llegar a ser muy intensos. Esto no significa que no pueda practicarlos, sino que simplemente es muy importante evitar que se canse en exceso y no sobre-ejercitarlo. Esto es igual de importante para cualquier otra raza, pero más si cabe en los que son grandes o gigantes; en caso contrario, el perro podría acabar teniendo lesiones importantes.
¿Sabías que los Gran Danés podían pesar tanto?
Peso del Gran Danés por edades y cómo controlarlo
En cachorros, un Gran Danés suele estar entre 8,0 y 20,6 kg a los 2 meses. En los siguientes dos meses acostumbra a ganar en torno a 13,4 kg. Alrededor de las 18 semanas es normal ver rangos de 21,1 a 35,2 kg. Estas cifras orientativas ayudan a detectar desviaciones del crecimiento.
Controla su evolución con una curva de peso: anota kilos y altura semanal o quincenalmente y compáralos con medias de la raza. Comparte esos datos con tu veterinario para ajustar dieta y ejercicio o resolver dudas en comunidades especializadas.
Durante el crecimiento conviene repartir la comida en más tomas (por ejemplo, cuatro al día en las primeras etapas) e ir reduciendo progresivamente hasta dos. Evita tanto el infraaporte como el exceso calórico para no acelerar el crecimiento ni sobrecargar articulaciones.
El desarrollo es lento y no suele completarse hasta bien entrada la edad adulta. Mantén el ejercicio moderado, sin saltos bruscos ni grandes escaleras, y prioriza superficies blandas para proteger codos y caderas.
Carácter, colores, salud y cuidados esenciales
El Gran Danés, también llamado Dogo o Alano alemán, está descrito por la FCI como el «Apolo» de los perros: imponente y elegante, pero muy afectuoso con los suyos. Suele ser tranquilo y sociable, aunque puede mostrarse reservado con extraños sin ser agresivo; su porte ya disuade por sí mismo.
En colores, existen tres grandes líneas reconocidas: leonado y atigrado (con máscara negra); negro y salpicado —incluyendo mantos con blanco distribuido o placas negras sobre base blanca—, y azul. También aparecen patrones como arlequín, cuya cría es compleja; otros, como grautiger o weißtiger, no se consideran deseables en el estándar.
Convive muy bien en familia, incluso con niños, siempre con supervisión por su gran peso. Tiende al babeo y puede sufrir ansiedad por separación si pasa muchas horas solo. Aunque es capaz de nadar, su resistencia en el agua es limitada. En inteligencia se sitúa a mitad de tabla y responde muy bien al refuerzo positivo, pese a ciertos toques de cabezonería.
Por su talla, es recomendable una casa con jardín, aunque se adapta a pisos si recibe paseos largos diarios. En exteriores, usa correa: conserva impulsos de persecución. Ponle una cama mullida para prevenir callos y cuida las superficies resbaladizas.
En salud, la cría responsable busca ejemplares longevos y equilibrados, pero la raza puede ser más propensa a displasia de cadera, torsín gástrica, cáncer óseo o miocardiopatía. La esperanza de vida suele rondar 7–9 años. Las revisiones veterinarias periódicas y un plan de ejercicio y nutrición ajustados son claves para minimizar riesgos.
Recuerda que el Gran Danés necesita más de todo: espacio, ejercicio y atención. Si controlas su peso por etapas, cuidas sus articulaciones y potencias su mente con educación amable, tendrás a un gigante manso, sano y feliz.
