El Yorkshire Terrier es el resultado del cruce de varias razas de tamaño pequeño: el Cairn Terrier, el Skye Terrier y el Bichón Maltés. Con origen en el condado de Yorkshire, Inglaterra, este perro es un excelente cazador, y a su vez cariñoso, activo e inteligente. Con un promedio de vida de 14 años, esta raza requiere unos cuidados especiales.
Una de las características más destacables del Yorkshire Terrier es su precioso pelaje, el cual deberá ser cepillado casi a diario para evitar la aparición de nudos, ya que al ser un pelo muy fino y suave es propenso a enredarse, especialmente si decidimos dejárselo crecer mucho. El cepillo más adecuado es uno indicado para pelo largo, ya que de lo contrario podría dañar la piel del animal.
En cuanto al baño, la frecuencia recomendada sería cada 20 días mínimo, pudiendo extenderse a un baño cada mes o mes y medio. Bañarle más a menudo podría irritar su pelo y su piel, secándolos en exceso. La temperatura del agua debería ser tibia, y el champú especial para pelo largo, dando suaves masajes por todo el cuerpo y teniendo especial cuidado con los ojos y las orejas.
Su pequeño tamaño puede propiciar la aparición de problemas de sobrepeso. Por ello debemos evitar que coma muchos dulces, aunque estén hechos específicamente para perros, siendo lo ideal un pienso indicado para su tamaño y dividiendo la cantidad diaria recomendada en dos o tres veces al día. Por supuesto, no deberá faltarle el ejercicio regular, consistente principalmente en el paseo.
Generalmente testarudos y territoriales, es muy importante ofrecerles una adecuada educación desde que son cachorros, marcando los límites (prohibirle que pida comida desde la mesa, que aprenda a convivir con niños, etc.). La mejor forma para conseguirlo son los juegos basados en los refuerzos positivos (premios y felicitaciones), nunca negativos.