Cuidados para un perro con leishmaniosis

La leishmaniosis o leishmaniasis es una enfermedad que daña el sistema inmunitario del perro.

La leishmaniosis o leishmaniasis es una enfermedad que daña el sistema inmunitario del perro y que es transmitida por un parásito llamado Leishmania. A su vez, este parásito se introduce en su cuerpo a través de la picadura de un mosquito infectado por el mismo, el flebotomo. Puede afectar a perros de cualquier raza, edad o tamaño, y conlleva graves síntomas para su organismo.

Tipos de leishmaniosis

Se trata de una enfermedad de tipo infeccioso que puede ser de dos tipos:

  1. Leishmaniosis cutánea: provoca la pérdida de pelo en varias zonas del cuerpo, como alrededor de los ojos, la nariz y las orejas. También la aparición de úlceras en la piel, un crecimiento desproporcionado de las uñas y la formación de nódulos.
  2. Leishmaniosis visceral: ocasiona una gran pérdida de peso, trastornos en los riñones, fiebre e hinchazón en el abdomen. Además, afecta los órganos internos como el bazo, el hígado y la médula ósea.

Síntomas principales

No tienen por qué darse todos y su aparición depende del estado en que se encuentre la enfermedad. Pero, en líneas generales, podemos nombrar los siguientes:

  1. Diarrea
  2. Vómitos
  3. Fiebre
  4. Pérdida del apetito
  5. Alopecia
  6. Uñas quebradizas
  7. Dolor articular
  8. Inflamación de las articulaciones
  9. Eczemas

La leishmaniosis se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado por el mismo, el flebotomo.

Tratamiento y cuidados

La leishmaniosis no tiene cura, pero podemos paliar sus síntomas con el tratamiento veterinario adecuado. El mismo se basa en fármacos como la Meglumina Antimoniato, la Miltefosina y el Alopurinol, aunque depende de cada caso concreto.

Sin embargo, podemos completar este tratamiento con otros cuidados que serán de gran ayuda para nuestro perro

  1. Una alimentación especial. Los perros afectados con esta enfermedad deben llevar una alimentación rica en antioxidantes y ácidos grasos omega 3 y omega 6. También es importante que no consuman un nivel elevado de fósforo y que les proporcionemos proteínas de fácil digestión. Existen piensos especiales para ello; el veterinario sabrá recomendarnos el adecuado.
  2. Una buena hidratación. A veces esta enfermedad ocasiona que el perro no beba lo suficiente. Debemos animar al animal a hidratarse bien, ya que esto ayuda a un mejor funcionamiento de los órganos.
  3. Ejercicio moderado. Los paseos diarios ayudan a los canes afectados con leishmaniosis a fortalecer sus músculos y huesos, y a mejorar su ritmo cardíaco. Pero jamás debemos forzarles a realizar actividad física cuando se muestren cansados o doloridos.
  4. Un champú específico. Este trastorno afecta fuertemente a la piel, por lo que a la hora de bañar al animal tendremos que hacerlo con un champú específico para perros con leishmaniosis.
  5. Comodidad y relajación. Hemos de proporcionar al animal la máxima comodidad dentro de casa: una cama mullida en una zona cálida y poco transitada, escaleras o rampas para que pueda subir y bajar de los sitios altos, etc. Todo lo necesario para que el animal se sienta cómodo y relajado.
  6. Visitas veterinarias. Esta enfermedad requiere un tratamiento veterinario constante, y por tanto, revisiones frecuentes. Esto es fundamental para que nuestro perro pueda tener una estupenda calidad de vida.

La leishmaniosis no tiene cura, pero podemos paliar sus síntomas con el tratamiento veterinario adecuado.

Cómo prevenir la enfermedad

Aunque no existe ningún método que proteja al 100% a nuestro perro, podemos reducir enormemente las posibilidades de que le ataque el mosquito siguiendo algunas pautas:

  1. Usar repelentes. No son infalibles, pero pueden disminuir en más de un 80% las posibilidades de ataque del flebótomo. Nos referimos a los collares antiparasitarios, las pipetas y las pastillas. No debemos administrar nunca estos productos por nuestra cuenta, sino preguntar previamente al veterinario.
  2. Instalar mosquiteras. Las mosquiteras evitan que este insecto se cuele en nuestra casa, siempre y cuando los orificios de la malla no superen los dos milímetros, que es el tamaño del flebótomo.
  3. Dejar que el perro duerma en casa. Los canes que pasan la noche fuera tienen muchas más posibilidades de ser infectados que aquellos que pueden resguardarse dentro de su hogar. Hay que tener en cuenta que las horas de mayor actividad de este mosquito son el atardecer y el amanecer.
  4. Hacer el análisis anual. Actualmente la mayoría de las clínicas veterinarias llevan a cabo un análisis de sangre anual a todos los perros cuyos dueños así lo deseen. Lo hacen con el propósito de averiguar si el animal padece leishmaniosis y comenzar a tratarla cuanto antes.

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