El tiempo es algo de lo que ningún ser vivo puede escapar, así es el ciclo de la vida, por esta razón, debemos mantener siempre presente que nuestra mascota en algún momento crecerá y a medida de que pasen los años, tanto el ritmo, como cada una de sus necesidades, serán muy diferentes a las acostumbradas cuando era más joven.
Al igual que los perros jóvenes, los adultos con edades más avanzadas requerirán de distintas necesidades básicas como por ejemplo: el alimento y la higiene, además de otras que también son importantes.
Cuidar a un perro mayor
Es casi seguro que nuestra mascota ya adulta presente algunas necesidades causadas por sus años de vida, esto significará que tanto la visión como la audición comenzarán a empeorar poco a poco.
Existen ciertos alimentos que serán más complicados de masticar y digerir, también es posible que esa energía que tenía cada vez que jugaba y corría ya no este, no obstante, el perro hará todo lo que pueda para que el lazo que mantiene con su amo no se rompa en ningún momento.
Es fundamental ofrecerle todo el apoyo a nuestro perro, en especial en momentos como este. Es necesario que le demos mucho cariño y amor, pero sobre todo paciencia, comprensión, mucha dedicación y tiempo, esto se debe a que ahora más que nunca nos buscará para estar a nuestro lado.
La vitalidad que tenía cuando era más joven disminuye y comienzan a manifestarse algunas patologías relacionadas con la edad, pese a esto, todavía nos verán como el lugar donde quieren estar.
Lo esencial en estos casos es comprender que lo más probable es que acepte todos los cambios que van a ocurrir, por esta razón, necesita de mucha paz y tranquilidad a medida que le vamos ayudando para que los efectos provocados por la edad disminuyan.
Es necesario que tengamos en cuenta algunas consideraciones para mejorar la calidad de vida del animal. La idea es disminuir todo lo posible las consecuencias que vienen ligadas al paso del tiempo, para que nuestra mascota pueda pasar sus últimos años de vida muy bien cuidada y feliz.
Existen algunas cosas que debemos de tener en cuenta y otras que hay que evitar a toda costa cuando se trata de un perro de edad avanzada.
¿Cuál es la edad en la que podemos decir que el perro ya es mayor?
La vejez de un perro comienza a partir de los 10 u 11 años en razas pequeñas, mientras que en los perros más grandes es a partir de 7 y 8 años de edad.
Uno de los mayores errores que ocurren con más frecuencia, es seguir alimentando al perro con la misma comida que le dabas cuando tenía menos edad. A medida que va pasando el tiempo, nuestra mascota requerirá de nutrientes específicos, los cuales nunca deben faltar en su comida diaria.
Por el contrario, hay otro tipo de nutrientes que deben disminuirse o evitarse. Cuando el perro llega a cierta edad, su metabolismo tiende a volverse más lento lo que significa, que si no tenemos cuidado podría aumentar de peso. Lo más recomendable, es reducir la cantidad de comida en varias raciones pequeñas durante el día.
En esta etapa los huesos del perro no serán igual que en años anteriores, por lo que puede padecer ciertos trastornos como por ejemplo displasia de cadera o artrosis. Por este motivo cada una de las actividades que realice nuestro perro a partir de ahora, tienen que ser más tranquilas.
A medida de que se va haciendo mayor, el perro empieza a detestar el ruido y el alboroto, es por eso que lo más recomendable es llevarlo a lugares en donde abunde la paz y sobre todo la tranquilidad. La exposición a mucho estrés, puede provocar que el perro presente cambios abruptos en su comportamiento.
Al igual que sucede con las personas mayores, en el momento de realizar un viaje es necesario tener en cuenta ciertas medidas con nuestra mascota, como por ejemplo evitar los meses más calurosos, buscar un medio de transporte cómodo considerando su tamaño, hacer varias paradas para que el animal pueda hacer sus necesidades, y lo más importante, llevar tanto agua como comida necesaria para el viaje.
Es normal que con el paso del tiempo el perro se vuelva más reacio al contacto con otros perros. Esto no significa que ahora sea más gruñón, lo que sucede es que quiere tener más tranquilidad.
En algunos casos esto puede traer como consecuencia que se pelee con otros perros más jóvenes.
En el caso de las vacunas siempre son importantes, ya que estas se utilizan para evitar que el perro pueda contagiarse de alguna enfermedad debido a que tienen las defensas más bajas de lo normal producto de la edad. De igual manera, desparasitarlo es esencial para mantener la buena salud de nuestra mascota.
Cuando un perro llega a cierta edad, lo más normal es que al llevarlo al veterinario este le haga algunos exámenes solo para cerciorarse de que todo esté bien. No tenemos por qué preocuparnos, ya que el veterinario solamente querrá asegurarse de que el organismo del animal funcione correctamente.
Este punto es muy importante, un perro con una edad avanzada requiere de muchas caminatas y paseos, ya que el aire fresco, el entorno y el buen clima, serán muy provechosos para él.
Igualmente, el ejercicio que hace mientras camina le ayudará mucho en su movilidad. Por otro lado, las caminatas no deben requerir de mucho esfuerzo, lo ideal es realizarlas dependiendo de la energía y las necesidades que presente nuestra mascota.
Para disminuir los efectos del paso de los años, es fundamental una buena estimulación mental con el objetivo de evitar trastornos cognitivos parecidos a los que padecen las personas. Mantener una mentalidad activa, ayuda a disminuir considerablemente las secuelas de la vejez. Una buena estimulación mental se puede lograr mediante algún juego.
Visitar al veterinario de forma regular es muy importante, ya que de esta manera nos aseguramos de que nuestro perro siempre goce de una buena salud.
Cuando un perro deja de ser joven, tanto sus dientes como sus uñas se vuelven más sensibles, por lo tanto, requieren de juguetes que no sean demasiado duros puesto que pueden causarle heridas o lesiones.
Con el paso de los años, los perros tienden a adaptarse menos, por esta razón es importante no realizar cambios demasiado radicales en su ambiente, sobre todo en los lugares en donde tiene mayor paz y tranquilidad.
La piel se vuelve bastante delicada, en cuanto a sus orejas, requieren de un cuidado externo especial, debido a que la grasa que utilizan como protección ya no funciona correctamente. Los ojos se vuelven cada vez más sensible a medida que su vejez avanza, llegando a presentar problemas como por ejemplo las cataratas.
La comprensión juega un papel muy importante en esta etapa tan complicada de nuestra mascota. Nuestro perro ya no es tan joven como solía serlo, por este motivo la paciencia es primordial, ya que nuestro amigo solo quiere que le demos amor.
No debemos regañarlo cuando ocurran situaciones como por ejemplo, que orine en sitios donde no debe. Debemos entenderlo y no enojarnos con él.