Ocurre con frecuencia que apenas abrimos el portón, nuestra mascota emprende una huida desesperada y sin motivo aparente, esto también puede ocurrir durante su paseo diario o mientras jugamos en algún parque.
Entonces, ¿qué debemos hacer en caso de que nuestro perro tenga este comportamiento sin razón aparente? En primer lugar, identificar el porqué de su comportamiento y es que existen motivos comprobados que lleven a nuestro perro a escaparse, por ejemplo, que esté ansioso por la ausencia de alguno de sus amos, por la pérdida reciente de su compañero, por algún sonido molesto (pirotecnia), si hay alguna perra en celo cerca o simplemente porque no se le ha educado de forma oportuna. Una vez identificado el problema, hay que tratar de resolverlo si es posible con la ayuda de un profesional.
¿Qué hacer en caso de que nuestro perro se escape?
Lo fundamental en caso de que nuestro perro escape, es no correr detrás de él, debido a que esto empeorará la situación de múltiples formas, pudiendo inclusive ocasionar accidentes graves para nuestra mascota.
Hay varias formas de manejar la situación
No correr, acostarse en el suelo lo que llamará la atención del perro y regresará para satisfacer su curiosidad.
Avanzar hacia el lado contrario del perro, incitar al animal a que nos persiga lo cual despertará su atención y vendrá hacia nosotros. Eso le enseñará a que él debe ir tras nosotros y no al revés.
Sentarse en el suelo, detrás o de un lado del perro o acostarse boca arriba, por lo normal y a raíz de nuestro comportamiento despertaremos la intriga de nuestra mascota y se verá tentada a acercarse y constatar que es lo que está ocurriendo.
Tratar de engañarlo, abriendo una puerta e invitándolo a venir. Si normalmente utilizamos algún tipo de comando o palabra clave para el paseo diario o si el perro asocia la apertura de alguna puerta con el paseo seguramente atenderá a nuestro llamado.
Tener mucha paciencia ante la situación de escape.
Controlar nuestro tono de voz y el lenguaje corporal ya que el perro es un animal muy perceptivo y si siente que le vamos a reprender o a castigar no va a atender nuestro llamado y tenderá a seguir corriendo en sentido contrario.
Evitar a toda costa castigar a nuestra mascota ya que el efecto será que detrás de cada escape, tarde más en regresar o que no regrese por miedo al castigo.
Cuando el perro atienda a nuestro llamado o a nuestros trucos, debe ser recompensado con caricias, con un tono de voz cariñoso o con algún premio comestible. El reforzar estas actitudes positivas le enseñan que cada vez que obedezca será recompensado por su buen comportamiento y que eso es lo que se espera de él.
Existen muchos riesgos implícitos asociados al escape de nuestro perro
Que se extravíen, que terceras personas se apropien de él, que ocasionen accidentes a terceros, pueden ser atropellados, etc.
Es recomendable el uso de collares con chapas que identifiquen el nombre de la mascota y los contactos telefónicos para dar con sus dueños, en algunos países la implantación de un Chip en el animal es de carácter obligatorio, aunque y finalmente si el perro tiene tendencia a escaparse, hay que mantenerlo con su correa, evitar dejar las puertas abiertas y colocar otros sistemas, obstáculos etc., que eviten la tentación del escape.
Es importante señalar que una adecuada educación desde que nuestra mascota es un cachorro, evitará este y otro tipo de comportamientos no adecuados que inclusive pueden hacer que la convivencia diaria con nuestro perro se torne tan complicada, que sea imposible su permanencia en el hogar y esa nos es la intención cuando decidimos comprar o adoptar a un cachorrito.
Finalmente, no olvidemos que, ante la fuga de nuestro perro, la peor reacción que podemos tener es correr tras él.