
En los Ćŗltimos meses ha salido a la luz un alarmante caso de estafas cometidas mediante protectoras de animales falsas en EspaƱa, que ha indignado a la ciudadanĆa y ha generado preocupación entre las organizaciones de defensa animal. Destaca especialmente un complejo entramado en Roquetas de Mar (AlmerĆa), donde una mujer fue enviada a prisión tras comprobarse que, pese a tenerlo prohibido por decisión judicial, seguĆa entregando animales enfermos y sin cuidar bajo la apariencia de una asociación protectora.
Este caso no solo ha puesto en evidencia las vulnerabilidades del sistema actual de adopciones, sino que ha dejado claro que la falta de control y vigilancia facilita que personas sin escrĆŗpulos se lucren utilizando la imagen de organizaciones solidarias. La actuación de las fuerzas de seguridad, la colaboración ciudadana y el seguimiento judicial fueron determinantes para destapar una actividad que, aunque camuflada bajo el altruismo, suponĆa graves daƱos tanto económicos como emocionales para adoptantes y sufrimiento extremo para los animales.
La trama de la falsa protectora: engaƱo, insalubridad y maltrato
La investigación comenzó tras recibir numerosas alertas de personas que habĆan adoptado perros y gatos en estado crĆtico, muchos de los cuales acabaron falleciendo a los pocos dĆas de llegar a sus nuevos hogares. Estas adopciones se tramitaban a travĆ©s de varios perfiles en redes sociales, todos ellos presentados como protectoras o asociaciones preocupadas por el bienestar animal, pero que en realidad carecĆan de toda legalidad.
DetrĆ”s de estos perfiles estaba una vecina de Aguadulce que simulaba gestionar varias entidades dedicadas a salvar animales, difundiendo continuamente mensajes y fotografĆas en plataformas sociales. Sin embargo, los agentes del SEPRONA de la Guardia Civil comprobaron que los animales procedĆan Ćŗnicamente de su domicilio, un piso donde se encontraban hacinados y en condiciones higiĆ©nicas deplorables. El olor, la presencia de excrementos y la carencia de cuidados bĆ”sicos eran la norma; muchos cachorros sufrĆan deshidratación, enfermedades infecciosas como parvovirus e incluso graves lesiones cutĆ”neas y respiratorias.
La supuesta protectora solicitaba cantidades elevadas āde hasta 250 euros por adopciónā argumentando que se trataba de donativos para tratamientos veterinarios, identificación y vacunas. Pero segĆŗn la investigación, el dinero nunca se empleaba en los animales, sino que formaba parte de un fraude cuidadosamente orquestado. En algunos casos, los animales ni siquiera llegaban a sus adoptantes, y en la mayorĆa, quienes los recogĆan terminaban acudiendo de urgencia al veterinario, en ocasiones sin poder evitar la muerte del animal.
Modus operandi: identidades falsas y movimientos en redes
Para evitar ser detectada, la lĆder de la red usaba nombres y perfiles ficticios, incluso la identidad de otros particulares, y recurrĆa a intermediarios (familiares, amigos) para recibir los pagos a travĆ©s de aplicaciones móviles como Bizum. De este modo, dificultaba el rastreo del dinero y prolongaba el engaƱo adoptando nuevas identidades cada vez que era descubierta por algĆŗn afectado.
Según los informes policiales, la actividad era tan organizada que desplegaba anuncios en diferentes zonas, enviando animales a lugares como Murcia, Madrid, Valladolid y Elche, y gestionando recogidas a través de plataformas de viajes compartidos. El objetivo era llegar al mayor número posible de personas y ampliar los beneficios económicos sin levantar sospechas inmediatas en cada localidad.
La cifra de afectados supera la veintena solo en denuncias formales, pero los investigadores calculan que el fraude podrĆa haber alcanzado a mĆ”s de cien personas en toda EspaƱa. Los daƱos no solo fueron económicos, sino que algunos adoptantes tuvieron que presenciar la muerte del animal reciĆ©n adoptado tras intentos fallidos de atención veterinaria.
Respuesta judicial y consecuencias legales
La rĆ”pida actuación judicial culminó con la prisión provisional, comunicada y sin fianza de la principal acusada, tras comprobar no solo el grave daƱo causado sino tambiĆ©n su reiterada desobediencia a las órdenes impuestas. Ya habĆa sido detenida previamente y se le habĆa prohibido expresamente toda relación con la crĆa, tenencia o comercio de animales. Pese a ello, continuó su actividad delictiva, en ocasiones empleando hasta el nombre de terceras personas para eludir la vigilancia de las autoridades.
El tribunal consideró que la única forma de evitar la continuidad del fraude y el maltrato era la adopción de medidas coercitivas, en vista de la indiferencia mostrada por la acusada ante las sanciones y advertencias previas. Las pruebas del caso reflejan una actitud de absoluto desprecio por la ley y por el sufrimiento de los animales, centrando toda su estrategia en obtener lucro personal a costa de la buena voluntad y sensibilidad de los adoptantes.
Durante los registros, fue necesario incluso el apoyo de los bomberos y los informes seƱalaron un āpiso del horrorā donde convivĆan decenas de animales entre excrementos y un hedor insoportable. AdemĆ”s, la operación āCobakaā permitió el rescate de varios perros, ahora bajo el cuidado de entidades legĆtimas como SOS Adopta en Pechina.
El papel de la sociedad y las autoridades para erradicar este tipo de fraudes
Las asociaciones protectoras y los cuerpos policiales recalcan la importancia de denunciar cualquier caso sospechoso y de contar solo con entidades oficiales y legalmente registradas para los procesos de adopción. Comprar animales o confiar en supuestas protectoras sin comprobar su situación legal puede fomentar nuevos episodios de estafa, maltrato y abandono. AdemĆ”s, es fundamental informarse sobre la registro obligatorio de perros y gatos en la UE y verificar que la protectora tenga los permisos adecuados, evitando asĆ ser vĆctimas de estos fraudes.
Las instituciones destacan la importancia de promover una cultura de adopción responsable de perros y de mantener una vigilancia constante para evitar que estas actividades fraudulentas vuelvan a repetirse. La colaboración ciudadana, la transparencia en las adopciones y la denuncia ante cualquier irregularidad son la mejor vĆa para proteger a los animales y garantizar su bienestar.