Las peleas de perros son muy desagradables, tanto para los propios animales implicados como para los humanos que las ven. No suelen durar más que unos pocos minutos, pero ése es el tiempo suficiente para que se ocasionen graves heridas. Por ello, es muy importante que sepamos cómo detener una pelea de perros, pues así evitaremos que los canes se hagan daño.
Hay varias maneras de detenerlas, y todas te las voy a contar a continuación.
Antes de nada, es importante que sepas que cuando un perro está peleando, está peleando. Quiero decir, no va a prestar atención nada más que a eso, pues sólo pueden mantener su cerebro ocupado en una cosa: en el aquí y ahora. Por este motivo, por mucho lo que llames normalmente no te va a escuchar. Mantén la calma, controla la respiración y asegúrate de tener una postura estable antes de intervenir.
Otra de las cosas que debes saber es que nunca, y cuando digo nunca es nunca (no soy de mandar ordenes, pero esto puede ser cuestión de vida o muerte) debemos de ponernos en medio de los dos perros. Por muy bien que los conozcamos, no sabemos cómo va a reaccionar, y si nos ponemos en medio, podremos acabar con heridas graves. Dicho esto, y teniéndolo muy en cuenta, la mejor manera de detener una pelea de perros es…
Identificar causas y señales previas
Siempre que sea posible, intenta prevenir el choque. Muchas peleas surgen por defensa del territorio o por protección de sus dueños, sobre todo en perros con tendencia a dominar. En espacios neutros suele haber menos conflictos, pero no desaparecen.
Antes de atacar, la mayoría de perros avisan: gruñidos, cuerpo tenso, cola rígida, mirada fija, pelo erizado, desplazamientos laterales o bloqueo del paso. Si lees esas señales y creas distancia, puedes evitar la escalada sin llegar al enfrentamiento.
Coger al perro de la cola o de las patas traseras
Esto es algo que dos personas deben de hacer: una coge a uno, y la otra al otro. Una vez que estén los sujetos, las dos personas irán separándolos al mismo tiempo. No se deben de coger por el collar, puesto que podríamos asfixiarles.
Aplica la llamada técnica de carretilla: sujeta las patas traseras y retrocede en arco para que el perro no pueda girarse a morder. Si estás solo ante dos perros grandes, identifica al que lleva la iniciativa y levanta sus patas traseras; el otro suele huir buscando seguridad. Evita tirar con fuerza de la cola; puede servir para distraer, pero con riesgo de lesión si se hace bruscamente.
Con perros muy pequeños, una opción rápida puede ser sujetar suavemente la piel del cuello (pellejo) durante un instante para interrumpir, sin elevarlos en exceso ni sacudir; después, colócalos de inmediato en una zona segura. Nunca los levantes tirando de la correa.
Echarle un chorro de agua
Si hay cerca una manguera, se puede tratar de detener la pelea dirigiendo el chorro de agua a los perros, pero sin apuntar a la cabeza, sino a una pata trasera. A la mayoría de canes no les gusta el agua, por lo que es una estrategia que puede funcionar.
Si no tienes manguera, utiliza una cubeta o botella, siempre hacia el tren posterior para cortar el impulso sin causar daño. El objetivo es interrumpir, no castigar.
Hacer un ruido (muy) fuerte
Si haces un ruido muy fuerte, o si gritas, son muchos los perros los que inmediatamente detienen la pelea. Es cierto que antes dije que si les hablas no te escuchará, pero un grito o hacer un sonido muy fuerte suele bastar para que el peludo te preste atención. Cuando lo haga, tendrás una oportunidad para ponerle la correa y alejarte de allí.
Un silbato agudo, una bocina o golpear dos objetos metálicos puede sorprender lo suficiente para romper la fijación. Evita gritar su nombre repetidamente; busca un sonido breve y potente que no te exponga.
Tapar con una manta o abrigo
En interior o jardín, dejar caer una manta o abrigo por encima puede cortar la visión y facilitar que cada guía sujete y separe con seguridad. Úsala como barrera, no para forcejear.
Qué no hacer
- No te interpongas entre los perros ni metas las manos cerca de la boca.
- No golpees a los animales: incrementa el estrés y el riesgo.
- Evita tirar del collar (riesgo de ahogo y mordida). Si no hay alternativa y ambos llevan arnés, dos personas pueden separarlos hacia lados opuestos con control.
- No sueltes a la vez tras separarlos: retíralos a zonas distintas y espera a que bajen pulsaciones.
Después de la pelea: atención y prevención
Asegura distancia y coloca correa. Revisa a tu perro: busca heridas punzantes, sangrado, dolor al tacto o cojera. Si hay hemorragia, aplica presión con una gasa limpia y acude al veterinario; las mordeduras suelen requerir limpieza profunda y medicación.
Si tú has sido mordido, lava con agua y jabón, desinfecta y ve al médico. Te preguntarán por la vacunación frente a la rabia y procederán según protocolo.
Para reducir riesgos a futuro: pasea con collar y correa, trabaja la socialización controlada, gestiona los saludos y evita zonas saturadas si detectas tensión. Un guía calmado y previsor es la mejor prevención.
Con estos consejos, y respetando siempre a los canes, seguro que te será más fácil detener una pelea de perros. Intervenir con cabeza, elegir técnicas de interrupción segura y actuar después con criterio marcan la diferencia entre un susto y una emergencia seria.
