Si has decidido que es la hora de añadir un cachorro a tu hogar, deberás tener en cuenta todo lo que ello conlleva. No solo se trata del tiempo y el gasto, sino también de la educación que debemos darle porque es nuestra responsabilidad el que se convierta en un perro educado y equilibrado.
Educar a un cachorro es cuestión de tener las pautas bien claras y sobre todo de mucha, muchísima paciencia. Hay perros más inteligentes y obedientes, que lo captan rápido, y hay otros que tardan mucho más. Pero si somos persistentes, acabarán acostumbrándose a determinados hábitos y comportamientos que nos ayuden a todos a convivir. Un cachorro da alegría al hogar, pero también debe estar educado.
Establecer las pautas
A la hora de enseñarle a un cachorro todas las cosas que debe saber para que la convivencia con sus nuevos humanos sea ideal, debemos tener en cuenta cuáles son esas pautas, porque si los miembros de la familia le dan órdenes contrarias lo único que conseguiremos será confundirlo y retrasar su aprendizaje. Es por eso que antes de comenzar a enseñarle nada al perro debemos concienciar a todos los miembros de la familia que tomarán parte en ello. Hay que hacer una lista de los horarios de comidas y paseos, así como los lugares que el perro ocupará en casa. También será importante enseñar cuáles son las reglas para el perro, como la de caminar con correa sin tensar, dejar que salude a otros perros y un largo etcétera que podremos ir viendo durante su aprendizaje. Ante todo debe quedar claro que el aprendizaje siempre es mucho más efectivo en positivo, porque no le creamos miedos o nervios al perro, con lo que interioriza mejor esas órdenes.
El primer día
El primer día del perro en casa no debe estar orientado al aprendizaje inmediato. El perro estará nervioso y desorientado, necesitando conocer el nuevo ambiente al que se enfrenta. Es por eso que debemos dejar que huela y conozca toda la casa, así como a los miembros de la familia. No debemos atosigarlo ni agobiarlo indicándole cuáles son sus nuevos espacios, es mejor que él vaya descubriendo en dónde se siente cómodo. Lo mejor es que tengamos todo en su sitio, desde sus comederos a su cama, para que se vaya acostumbrando a sus espacios. Para que se vean atraídos por ellos podemos enseñarles que allí hay comida y agua. En cuanto a la cama, podemos ponerle un juguete que le guste, para que juegue y se siente de forma natural en su propio lugar para dormir.
Hacer sus necesidades
Si el perro todavía no ha recibido las pertinentes vacunas, tendremos que tenerlo en casa sin que pueda salir a la calle para evitar que enferme. En caso contrario, ya podemos enseñarle a que debe hacer las cosas en la calle. Sea como sea, la forma de enseñarle es similar. Los primeros días y al ser cachorros pueden hacer algo dentro de casa. Podemos poner unos papeles de periódicos para que hagan allí sus necesidades. Llevarlos cuando veamos que van a hacer algo y felicitarlos cuando lo hagan en el papel. Lo mismo si hacen sus necesidades fuera de casa. Desde una caricia a una chuchería, todo vale como un premio. Con el refuerzo positivo acabarán relacionando ese momento con algo bueno en ese entorno determinado, por lo que repetirán la conducta hasta asimilarla.
Enseñarle a pasear
Cuando el perro es un cachorro ya hay que acostumbrarlo a la correa y el collar. Podemos quitárselos en casa y sabremos que lo asociarán con el paseo. Pero hay que ponérselos cuando se hayan tranquilizado. Después debemos salir siempre nosotros primero y ellos deben caminar a nuestro lado o detrás pero nunca tirando de nosotros. Lo de los paseos, como todo, es cuestión de práctica y mucha paciencia. Los perros son inteligentes y asimilan rápido las cosas pero de nosotros depende ser siempre coherentes y no cambiar de órdenes, porque entonces no aprenderán tan rápido aquello que deben hacer.
Enseñarle sus rutinas
Las rutinas tienen que ver con el paseo, las comidas y las horas de dormir. Todos debemos tener unas rutinas en casa para que sea más fácil, y los perros también. Darle de comer es otro momento importante, y debemos dejar el cuenco y hacer que se siente, esperando a que le demos la orden de comer. Así evitaremos la ansiedad o que se eche encima de la comida. Incluso el baño puede ser una rutina, y deben adaptarse a ella. Como con todo, debemos intentar que sea un momento bueno para ellos y premiarlos si se portan bien durante el proceso.
Socializar al cachorro
Una de las cosas que son más importantes a la hora de educar a un cachorro es la socialización. Debemos hacer que aprenda a relacionarse de forma sana con otros perros, animales y personas, desde niños a ancianos. Un perro que sabe comportarse y tener empatía en todas las situaciones y con todo tipo de acompañantes es un perro equilibrado y bien educado. Es por eso que no debemos apartarlo de otros perros, aunque siempre debemos asegurarnos de que es un perro al que no le va a molestar un cachorro. Lo mismo sucede si le presentamos personas o niños, ellos también deben saber comportarse con el perro para que este no tenga malas experiencias.
Utiliza el juego
El juego es una gran herramienta de aprendizaje si tenemos un cachorro en casa. Con los juegos podemos ayudarles a divertirse, a ser perros felices y a relacionarse con otros animales o personas que haya en casa. Nunca hay que dejar que un juego acabe en competencia o agresividad. Si esto sucede hay que cortarlo. El perro debe entender que el juego debe ser bueno para todos. Además, con los juegos estimulamos mucho su inteligencia, su atención y otras cualidades, como su rapidez de respuesta o su obediencia. En un juego tan simple como el de tirar la pelota, por ejemplo, podemos enseñarle a que venga cuando lo llamemos y a que nos traiga las cosas que coge.