En los últimos días, la presencia de un perro lobo en pleno centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha causado furor entre habitantes y transeúntes. Un video que muestra a este animal aullando, junto a su dueña paseando con total normalidad, se ha vuelto viral en redes, desatando sorpresa y numerosos comentarios sobre el comportamiento y características de esta peculiar raza.
El fenómeno no solo ha fascinado por el imponente aspecto del animal, sino también por la mezcla de asombro y curiosidad que genera su comunicación tan parecida a la de los lobos salvajes. Además, la escena ha abierto un debate acerca de la tenencia responsable y el vínculo con animales exóticos dentro del entorno urbano porteño.
¿Qué es un perro lobo y por qué causa tanto revuelo en CABA?
El protagonista del video viral corresponde a la raza pastor Blue Bay, un híbrido resultado del cruce entre un pastor alemán y un perro lobo. Este particular linaje da lugar a perros de gran porte, pelaje oscuro y comportamiento que recuerda fuertemente al de sus ancestros lobunos. Los expertos destacan que los machos pueden rondar los 50 kilos y las hembras superar los 40, alcanzando hasta 80 centímetros de altura a la cruz.
Muchos porteños se vieron impactados no solo por el aullido y el tamaño del animal, sino también por la aplomada reacción de su dueña, quien tranquilizaba a los curiosos: “Acércate, que no te va a hacer nada”. Esta escena ha generado asombro e incluso comparaciones con personajes de cuentos y películas, alimentando la fascinación sobre la convivencia con animales de aspecto tan salvaje.
Desafíos y cuidados especiales: lo que implica tener un perro lobo en CABA
Detrás del atractivo visual y la viralidad, los expertos insisten en que no es una raza para cualquier persona. El pastor Blue Bay demanda dueños con experiencia y conocimientos sólidos en lenguaje y comportamiento canino debido a su gran energía, inteligencia y necesidades físicas y mentales. El veterinario advierte: «Requieren estimulación constante y espacios amplios para mantenerse saludables, además de ejercicio diario».
El cruce reciente y la poca variabilidad genética pueden derivar en problemas como endogamia, neofobia (miedo a lo desconocido), mayor tendencia a la agresividad y dificultades de adaptación a entornos nuevos. Por ello, recomiendan mantener revisiones veterinarias periódicas y atención especial a su socialización.
Su esperanza de vida ronda los 12 a 14 años y, aunque son dóciles y leales, no suelen adaptarse bien a viviendas pequeñas ni a la soledad prolongada. Asimismo, su pelaje denso los hace más aptos para climas fríos y necesitan protección frente al calor.
La presencia reciente de un perro lobo en las calles de Buenos Aires ha puesto sobre la mesa los retos y particularidades de esta raza híbrida, que combina la imponencia física del lobo con cualidades propias del perro doméstico. Su aullido, porte y temperamento especial han servido como recordatorio de la importancia de una tenencia responsable y del profundo vínculo que estos animales pueden formar con las personas, siempre considerando sus necesidades y naturaleza única.