Llorar, gemir, ladrar e incluso darnos pequeños golpes con sus patas mientras estamos comiendo, es una actitud tan común como molesta en los perros. Se trata de un problema de educación que debemos controlar no sólo por nuestra propia comodidad, sino también por el bienestar del animal, ya que esta situación aumenta su ansiedad y perjudica la relación con su dueño. Afortunadamente, podemos acabar con esta costumbre de pedir desde la mesa mediante unas sencillas técnicas.
Qué hacer cuando el perro pide
1. Nunca hay que darle comida desde la mesa. Es el pilar de este proceso de educación. No debemos ceder ante sus llamadas de atención, sino más bien ignorarlas. Esto incluye fechas señaladas como cumpleaños o Navidad, sin excepciones. Con suerte, pronto comprenderá que sus tácticas no funcionan. Eso sí, la familia al completo ha de cumplir estas normas.
2. Ignorar su conducta. Al igual que no debemos darle comida, tampoco es adecuado que hablemos con el animal, le regañemos o acariciemos. Lo mejor es fingir que no nos percatamos de sus movimientos o ladridos.
3. Controlar el estado de ánimo. El perro es capaz de advertir si sentimos tristeza o culpabilidad, por lo que aprovechará para lograr lo que quiere. No hay que ceder a sus peticiones.
4. Darle de comer antes de sentarnos a la mesa. De esa manera se sentirá saciado y disminuirá su ansiedad. También es recomendable dar un largo paseo junto a él previamente.
5. Hacer que respete nuestro espacio. Probablemente el perro se acerque demasiado a nosotros para pedirnos comida, algo que no hay que permitir, pues con el tiempo puede que gane la confianza suficiente para saltar hacia nuestro plato.
6. Refuerzo positivo. Podemos enseñarle las órdenes de “sentado” o “quieto”, y premiarle cada vez que las acate. Esto nos ayudará a controlar sus movimientos y su ansiedad, así como a reforzar las órdenes básicas de adiestramiento. Necesitaremos tiempo y práctica para ello.