La infección de útero en perras que no están esterilizadas es algo que puede suceder en cualquier momento. Es por eso que esterilizarlas es una de las mejores formas de prevenir este y otros males.
Cuando las perras contraen infección de útero, esto puede llevar a una disfunción renal, a una intoxicación en sangre e incluso a la muerte. Es por eso que esto ha de prevenirse, o bien evitarse con el reconocimiento de los síntomas, para acudir al veterinario.
La forma de prevenir una infección de útero es mediante la esterilización de la perra. Si lo haces antes del segundo celo también estarás previniendo el cáncer de mama. De esta forma, tu perra estará segura, ya que la infección es más frecuente cuando son mayores y en perras grandes.
Si no has esterilizado a tu perra, debes tener especial cuidado para reconocer los síntomas. La infección se produce de tres a seis semanas después del celo de la perra, por lo que hay que estar atentos. Los síntomas son variados. Notarás a la perra decaída, beberá mucha agua y orinará mucho. En principio puede que no notes nada especial, pero con el avance, segregará pus por la vagina, puede tener pérdida de apetito, vómitos o fiebre.
Cuando notes estos síntomas, debes acudir inmediatamente al veterinario, ya que de lo contrario, la perra puede sufrir un fallo renal. En el veterinario, le harán un análisis de sangre, para determinar el estado de la infección en sangre y de los riñones. Puede necesitar altas dosis de antibiótico y estar ingresada. Si la perra es joven, la mejor opción es esterilizarla, ya que si no lo hacemos, en las sucesivas ocasiones en las que tenga celo podrá volver a contraer la infección. Si es mayor, se optará por suministrar antibiótico tras el celo, ya que operarla puede ser peligroso.
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