La llegada de un cachorro al hogar es un buen motivo de felicidad para toda la familia, pero no por ello deja de ser una gran responsabilidad. No solo debemos cubrir sus necesidades básicas, sino también hacer que se sienta seguro y querido por nosotros, además de darle una educación adecuada. Te contamos cuáles son los pasos a seguir para lograr que nuestro pequeño se adapte a su nueva vida junto a nosotros.
Previamente debemos acondicionar la casa para el cachorro. Es fundamental reservar un rincón donde coma y beba a diario, de fácil acceso para él y donde nunca falte el agua fresca. Además, tenemos que contar desde el primer momento con la comida adecuada para él, dependiendo de su edad, raza y características generales.
Por otro lado, es esencial que preparemos un lugar donde pueda dormir y relajarse cuando lo necesite. Tiene que estar situado en una zona poco concurrida, y alejada de focos de calor demasiado fuertes y de corrientes de aire. Asimismo, debe ser un sitio mullido y cómodo. También es clave que dispongamos de sus accesorios de higiene y otros artículos básicos: correa, collar, ropa de abrigo…
Es importante que evitemos los objetos peligrosos para el perro que podamos encontrar en casa, como determinadas plantas venenosas (hortensias, claveles, azaleas, etc.) u otros productos tóxicos.
Antes de llevar al can a nuestro hogar por primera vez debemos hacer una visita al veterinario, para que determine su estado de salud y nos asesore sobre sus cuidados. Una vez haya sido revisado, lo llevaremos a casa, donde dejaremos que olfatee todo lo que quiera; solo inspeccionando cada rincón se sentirá tranquilo y seguro.
Es esencial que no le agobiemos durante los primeros días, ya que podríamos asustar al cachorro. Hay que dejar que se tome su tiempo para adaptarse a su nueva familia. Y por supuesto, llevar a cabo su adiestramiento mediante el refuerzo positivo, sin gritos ni, por supuesto, castigos físicos.