La piel tiene una función muy importante en todos los seres vivos. En el caso de los perros, la piel no solo envuelve el cuerpo, sino que también lo protege de factores externos. Esto la convierte en una barrera crucial contra enfermedades, infecciones y agresiones ambientales, como el frío o el calor. Para garantizar que se mantenga en óptimas condiciones, es fundamental ofrecerle los cuidados adecuados.
Estructura de la piel de los perros
La piel de los perros está organizada en dos capas principales. La capa más superficial está compuesta de células muertas, que sirven de barrera física contra el entorno. Debajo de ella, encontramos una capa más profunda, donde se localizan estructuras importantes como las glándulas, los vasos sanguíneos y las terminaciones nerviosas. Estas estructuras no solo contribuyen a la protección del organismo, sino que también participan en la regulación de temperatura, entre otros procesos vitales.
¿Es necesario revisar la piel de los perros?
Aunque la mayoría de los perros están cubiertos de pelos, es crucial realizar revisiones regulares de su piel. Esto se debe a que el pelo puede ocultar lesiones, irritaciones o la presencia de parásitos. Un examen visual y táctil periódico te ayudará a notar cualquier anomalía como enrojecimientos, heridas, o calvas. Detectar estos problemas a tiempo puede evitar complicaciones más graves en el futuro.
Cuidados especiales para diferentes partes del cuerpo
El cuerpo del perro tiene zonas que requieren una atención especial debido a que son áreas sin pelaje. Por ejemplo, la trufa (nariz) y las almohadillas plantares cumplen funciones específicas y se encuentran expuestas al contacto directo con el entorno.
La trufa es la zona sin pelo que conecta la nariz con la mucosa nasal. Esta parte es esencial para que los perros puedan percibir olores de manera óptima. Al ser una superficie húmeda y fría, es importante asegurarse de que no esté agrietada o presentando signos de sequedad.
Por otro lado, las almohadillas plantares son cruciales para amortiguar los saltos y caminatas del perro, protegiéndolo del piso. Su superficie rugosa y fría también puede ser susceptible a lesiones o resequedad, por lo que se recomienda su revisión periódica.
El ciclo del pelo en los perros
Al igual que en los humanos, el pelo de los perros sigue un ciclo de vida que incluye las fases de crecimiento, envejecimiento y caída. Sin embargo, el tipo de pelo varía según la raza y otras características del perro. Comúnmente, se distinguen dos tipos de pelo: el pelo corto, que cubre la mayoría del cuerpo, y el subpelo, que es más lanoso y proporciona una capa extra de protección contra el frío.
La muda de pelo es común, sobre todo en ciertas temporadas del año (primavera y otoño). Durante este tiempo, el pelo muerto comienza a desprenderse, lo que puede aumentar la cantidad de pelo en la casa y sobre el propio animal. Ayudar a tu perro con un cepillado regular es fundamental no solo para reducir la acumulación de pelo, sino también para estimular la circulación en su piel y mantenerla saludable.
Problemas comunes en la piel del perro
Gran parte de las consultas veterinarias están relacionadas con problemas en la piel del perro. Algunas de las enfermedades más frecuentes son infecciones bacterianas, sarna, alergias y problemas derivados de parásitos como pulgas y garrapatas. A continuación, te explicamos brevemente cada una de estas afecciones:
- Infecciones bacterianas: Estas infecciones suelen ocurrir cuando las bacterias que normalmente habitan en la piel del perro se multiplican descontroladamente, lo que puede dar lugar a problemas como pústulas o enrojecimiento.
- Sarna: Provocada por un ácaro, la sarna causa picazón intensa, enrojecimiento y pérdida de pelo. Es altamente contagiosa y debe tratarse con rapidez.
- Alergias: Las alergias pueden ser alimentarias, ambientales o estacionales. Los perros alérgicos tienden a experimentar picazón, enrojecimiento y a veces, pérdida de pelo.
- Parásitos: Pulgas y garrapatas son causas comunes de irritación en la piel de los perros. Estos parásitos pueden desencadenar reacciones alérgicas y transmitir enfermedades.
Cuidados para una buena salud dérmica
Existen algunos cuidados básicos que te ayudarán a mantener la piel y el pelaje de tu perro en perfecto estado:
1. Cepillado regular
El cepillado rutinario elimina el pelo muerto, distribuye los aceites naturales de la piel y previene enredos, que pueden causar incomodidad y favorecer la formación de nudos. Dependiendo del tipo de pelaje de tu perro, el cepillado puede requerirse diariamente o semanalmente.
2. Baño con productos adecuados
Es fundamental utilizar productos específicos para perros al momento del baño. Los champús humanos no son recomendables porque pueden alterar el pH de la piel canina, que es más ácido que el nuestro. Existen champús diseñados para perros con piel sensible que ayudan a mantener el equilibrio natural de su piel sin secarla.
3. Una dieta equilibrada
Una alimentación rica en ácidos grasos Omega 3 y 6 es clave para mantener una piel hidratada y un pelaje brillante. Estos nutrientes fortalecen la barrera dérmica, reducen la inflamación y promueven un crecimiento saludable del pelo. Si la dieta de tu perro no contiene suficientes ácidos grasos, puede ser beneficioso incluir suplementos nutricionales.
4. Revisión veterinaria periódica
Llevar a tu perro al veterinario de forma regular es esencial para detectar a tiempo cualquier problema en la piel. Muchas afecciones dérmicas pueden permanecer ocultas hasta que se agravan, por lo que es importante realizar chequeos al menos dos veces al año.
Mantener un cuidado adecuado de la piel de tu perro no solo ayuda a mejorar su apariencia, sino que también contribuye a su bienestar general. Un perro con piel y pelaje sanos es un perro feliz y menos propenso a sufrir enfermedades. Recuerda siempre consultar con un veterinario si notas cualquier cambio en la piel o el comportamiento de tu mascota.