Cuando hablamos de emociones queremos hacer referencia a ese conjunto de sensaciones que sentimos que nos ayudan a impulsarnos ante varias situaciones dependiendo del caso de las mismas, es lo que solemos sentir si estamos encantados con algún obsequio, cuando nos llevamos una sorpresa positiva y agradable en nuestra vida cotidiana, cuando nos damos cuenta de que hemos crecido y los recuerdos que pasan por nuestra mente en momentos como ese.
Las emociones suelen estar muy apegadas a nosotros desde que nacemos hasta que culminamos nuestras vidas, siempre está ahí y va variando dependiendo de con qué frecuencia solemos hacer cosas diferentes o que tan triviales podemos llegar a ser, pero no significa esto que el hombre sea la única especie capaz de poder percibir este sustantivo que hace experimentar a muchas personas en su vida diaria, no solo el hombre, toda especie representada con vida puede sentir emociones y las siente dependiendo de los mismos parámetro ya antes mencionados.
Hoy hablaremos específicamente de las emociones que sienten los perros, estos queridísimos animales los cuales muchas personas adoran y poseen en sus vidas, animales que han representado ser y se llevan bien merecido el título del mejor amigo del hombre, por su increíble tenacidad, amistad que nos brinda y amor.
No solo los perros y las personas pueden sentir emociones por individual, sino también en conjunto, un claro ejemplo de eso es cuando los perros ven llegar a sus dueños a casas, después de ese sentimiento llamado extrañar, los perros sienten emociones por ver a sus queridos dueños, quizás por ello, muchos de los caninos mueven su cola al presenciar ese instante y a la inversa el humano también se siente bienvenido y siente la emoción de querer abrazarlo y darle cariño.
Hay muchas maneras de notar con exactitud las emociones que intervienen por el perro, puesto que hay muchas señales corporales que nos ayudan a saber específicamente qué les ocurre.
Una de ellas es su rostro, la expresión que el canino posea nos ayudará a saber qué le ocurre en ese instante, también por los ruidos que él mismo emite, siempre que está feliz, se le suele escuchar un tono agradable y festivo, mientras que cuando está triste o dolido, sus ladridos no suelen ser tan fuertes, el perro tiende a decaer y se escuchan llorosas sus entonaciones. Si mi perro está triste, en el link que te acabamos de dejar te enseñamos cómo solucionarlo
Actualmente existe algo que se llama inteligencia emocional, que es la habilidad o el poder para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las de los demás, mediante esto se encontró que esto se puede clasificar en distintos puntos, el primero de ellos y uno de los más resaltantes es la autoconciencia, que se basa en la capacidad de reconocer con exactitud nuestras propias emociones.
También está la autorregulación, que es la que nos permite de manera directa redirigir y controlar nuestros estados de ánimo, después de esto seguimos con la motivación, ésta en la responsable de que nosotros actuemos, la que impulsa al detonante para nosotros poder movernos a respuesta de una emoción, la empatía, que es la que nos permite entender y captar las emociones de los demás y por último las habilidades sociales, que es la encargada de que podamos construir relaciones sociales.
Según esto ¿los perros pueden poseer esta inteligencia emocional?, la respuesta es sí, puesto que ellos cumplen con cada paso que caracteriza la inteligencia emocional, puesto que para el perro doméstico nosotros formamos parte de su manada, por lo que en las relaciones sociales se establece con nosotros, su grupo.
Ellos son capaces de detectar cuando algún miembro del grupo o de su manada se siente mal o está incómodo o triste, además de poseer la increíble capacidad de empatizar con nosotros, ya que nos ven no sólo como parte de su manada sino que además ya empieza a adoptar la definición de familia entre el perro y el humano.