Cómo lograr que tu perro coma pienso

Jack russell terrier comiendo pienso.

Un problema común en el perro es el rechazo del pienso a favor de otro tipo de comida, algo que generalmente posiciona a los propios dueños como los culpables. Y es que solemos consentir a nuestras mascotas con pequeños caprichos, sustituyendo el pienso por comida casera. Sin embargo, aunque sea beneficioso para él consumir determinados alimentos (pollo cocido, pavo, manzana, etc.), lo correcto es que su dieta se base principalmente en el pienso de calidad.

El problema es que, una vez acostumbramos al animal a una determinada dieta, puede ser complicado reeducarle en este sentido, pues lo más común es que se niegue a comer pienso. En otras ocasiones, el perro simplemente lo rechaza aunque haya sido la base de su alimentación hasta el momento; en ese caso lo primero que debemos hacer es acudir al veterinario para que averigüe si este cambio se debe a algún trastorno de su salud.

Una vez descartado esto, podemos llevar a cabo varios trucos para solucionar este conflicto.

1. Eliminar las golosinas de su dieta. De esta manera el perro no se sentirá saciado, y por tanto el pienso le resultará más atractivo.

2. Humedecer el pienso con agua caliente. Esto potencia el olor del alimento, lo que atrae al animal.

3. Mezclar el pienso con comida blanda. Podemos usar paté especial para perro, pollo cocido, pavo, e incluso rociar las croquetas con caldo casero de pollo. Lo más probable es que esta mezcla de ingredientes le resulte apetecible. Con el paso del tiempo, iremos aumentando progresivamente la cantidad de pienso.

4. No retirar el plato. Puede que al principio el perro repudie la nueva dieta, pero acabará comiendo tarde o temprano. Por eso es importante que siempre tenga la comida a su disposición.

5. Conservar el pienso en las mejores condiciones. Si no cuenta con las condiciones ambientales adecuadas, no sólo perderá aroma y frescura, sino que también puede estropearse. Debemos asegurarnos de que esto no sea posible.

6. Ofrecer comida con la mano. Puede que así el animal se anime a saborear las croquetas en lugar de rechazarlas rápidamente.

Puede que el proceso sea largo y complicado. Tenemos que armarnos de paciencia y tratar siempre con cariño al can, premiándole con caricias y palabras amables. Si lo creemos conveniente, podemos recurrir a un educador profesional.


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