Desde hace siglos, los perros son el perfecto acompañante para el ser humano, siendo incluso de gran utilidad para ciertas actividades de salvamento. Como muestra podemos nombrar el excelente trabajo que realizan a diario los perros policía, los perros guía o los perros socorristas. Aunque estos últimos aún no están muy asentados en España, gozan de una gran popularidad en países como Francia, Italia o Reino Unido. Hablamos sobre su entrenamiento y su importante labor.
Estos héroes han permanecido prácticamente en el anonimato en el territorio español hasta la llegada de Bruno, un terranova negro considerado el primer can socorrista del país. Desde el año 2014, el peludo forma parte del equipo de rescate acuático de la playa de San Pedro del Pinatar, en Murcia. Junto a su dueño, David Álvarez, ayuda a salvar a todo aquel que lo necesite.
Sin embargo, en otros países de Europa es común ver cómo estos animales se integran en los servicios de rescate acuático, llegando incluso a desplazarse junto a sus compañeros humanos en helicópteros y lanchas motoras. Suponen una gran ventaja a la hora de realizar estos trabajos, y es que su gran fuerza, resistencia y agilidad les permite arrastrar hasta dos adultos al mismo tiempo en el agua e incluso cargar con personas inconscientes.
Entre las razas más utilizadas para este fin encontramos el labrador y el golden retriever, aunque el terranova es la más apta. Esto es gracias no sólo a su increíble fuerza y tamaño, sino también a sus peculiares patas palmeadas (característica que comparte con el labrador), que la ayudan a ser un excelente nadador. Además, su doble capa de pelo impide que su piel se moje y permite a este perro soportar temperaturas sorprendentemente bajas.
A pesar de todas estas habilidades, un perro socorrista nunca ha de trabajar solo, sino que debe estar acompañado o supervisado en todo momento por un experto socorrista. Los rescates realizados con la ayuda del animal se llevan a cabo por el proceso convencional, sólo que la mayor parte de la fuerza es ejercida por el can.