En el carácter de cada perro suele ir el hecho de que se acaben obsesionando con la comida. En nuestra vida podemos observar cómo hay perros que le dan la importancia justa a la comida y otros que se desviven por ella y que podrían pasarse el día comiendo, lo cual a la larga puede llegar a suponer un problema.
Cada dueño debe saber cómo lograr que su perro sea equilibrado y en un perro con equilibrio no hay lugar para las obsesiones. Es por eso que si mi perro está obsesionado con la comida debo poner de mi parte para evitar que llegue a ser un problema y hacer que se relaje y se centre en otras cosas. Hay formas de modificar este comportamiento y de evitar esa insana obsesión.
¿Por qué el perro está obsesionado con la comida?
Puede haber varias razones por las que nuestro perro se obsesione con la comida. Hay algunas enfermedades que hacen que el perro tenga una mayor necesidad de comer, como en el Síndrome de Cushing, lo que hace que el perro parezca obsesionado con la comida. Si hemos descartado las enfermedades podemos pensar que también se deba a algún problema de comportamiento. Los perros con ansiedad suelen desarrollar obsesiones, ya sea morder cosas o comer compulsivamente. También es un perro que puede haber tenido algún trauma por la falta de comida y que eso le lleve a buscar comida constantemente. Esto puede pasar en perros que han sido abandonados y que han pasado mucha hambre.
Por otro lado, hay perros que más allá de enfermedades, ansiedad o traumas simplemente son muy glotones y la comida se ha convertido en el centro de su vida porque no hemos controlado esa obsesión. Sea como sea, una vez descartadas las posibles enfermedades, en lo que tenemos que centrarnos es en el cambio de conducta del perro para que deje de estar tan obsesionado con la comida y disfrute de otros aspectos de su vida.
Pautas en el día a día
Sin duda uno de los momentos que más le va a causar ansiedad es el de la comida. A estos perros es mejor no darles una sola ingesta, porque su obsesión les lleva a comer de forma compulsiva y puede sentarles mal la comida. Es por eso que dividir la comida en varias ingestas pequeñas es mucho mejor. Hay que evitar que el perro se encuentre nervioso antes de darle de comer. Esto nos va a llevar bastante tiempo, pero se puede lograr. Si no le damos el alimento hasta que se calme y se siente entenderá que estas son las cosas que debe hacer y no estará tan nervioso cuando le demos la comida. También es importante no darle más alimento mientras nosotros estamos comiendo, porque de lo contrario se pedirá toda la comida molestando para conseguir más alimento.
Trucos para administrar las comidas
Los perros obsesionados con la comida suelen comer muy rápido, lo que a veces les lleva a tener gastritis y otros problemas estomacales. Hay que evitar esto y para ello podemos utilizar algunos trucos. Aunque le demos la comida cuando se encuentren más tranquilos no nos garantiza que no coman rápido. Hoy en día tenemos una gran ayuda en los comederos con formas que hacen que el perro no pueda coger la comida tan fácilmente. Esto se traduce en que nuestra mascota va a tardar un poco más en coger el alimento y comerlo, de forma que masticará más y se saciará antes. Uno de estos comederos es una gran ayuda para quienes tienen perros que comen de forma compulsiva.
Durante las horas en las que no les damos la comida también podemos tenerlos entretenidos sin que tengan ansiedad. Los juguetes Kong son una gran ayuda en estos casos, ya que son juguetes de goma que se rellenan con algún premio o chuchería para que el perro tenga que idear cómo poder conseguirlo. Esto les llevará tiempo, lo que calmará su ansiedad mientras están entretenidos consiguiendo ese premio que les huele dentro del juguete.
Cambiando su comportamiento
Un cambio de comportamiento de este tipo requiere mucho más que centrarse en las comidas. Un perro que tiene una obsesión tiene el problema de que solamente se centra en la comida y deja a un lado todo lo demás. Para que su mente no se encuentre con tanta ansiedad, es muy bueno introducir una rutina de ejercicio físico en la vida diaria del perro. A ser posible, las comidas deben ir después del ejercicio cuando el perro ya se ha calmado, nunca antes, porque todavía estarán nerviosos. Al menos debemos dar paseos de media hora al día, incluso más, dependiendo del perro y de la energía que tenga. Hay perros que debemos llevar a correr porque no es suficiente con pasear. Si centramos su atención en gastar esa energía, veremos cómo su ansiedad con la comida se ve reducida.
Por otro lado, al estar en casa podemos tenerlos entretenidos con juegos que requieran de su concentración. Adiestrarlos para que hagan algo y darles algunos premios puede ser una buena forma de desviar su atención a la búsqueda constante de comida. Además, estos perros funcionan muy bien con los premios, lo que hace que sea fácil conseguir adiestrarlos si los añadimos. Los perros de trabajo se suelen centrar en una actividad y son perros que disfrutan con ella. Evidentemente, debemos saber qué es lo que le puede gustar a nuestro perro para proponerle esa actividad que lo distraiga, ya sea hacer agility, buscar cosas escondidas o aprender juegos y órdenes.
Un perro equilibrado no tendrá obsesiones, realizará ejercicio diario y llevará una dieta que sea sana para él. Además, es muy importante que socialicen con otros perros, ya que esto también les puede ayudar a olvidarse de la comida por un día. Es bueno acudir a lugares con perros o quedar con amigos que tengan mascotas para ir a andar, de forma que los perros disfruten con el paseo y la compañía. Veremos cómo con el tiempo la comida no será el centro de sus vidas y además tendremos un perro muy sano y equilibrado en todos los aspectos de su vida.