Los labios hinchados en el perro pueden ser síntoma de diferentes problemas. A veces se trata tan sólo de las consecuencias de alguna pequeña herida o un golpe leve, pero en otras ocasiones son el significado de algo mucho más grave. Por ello es conveniente que conozcamos estas posibilidades y que hagamos que un veterinario examine a nuestro perro si presenta esta peculiar inflamación.
Uno de los desencadenantes más frecuentes de este problema es la picadura de algún insecto. Cuando la picadura se produce en otra parte del cuerpo, no suele dar lugar a grandes problemas, pero todo se complica si el insecto actúa contra la cabeza, la nariz o la boca. Y es que en estas zonas puede tener lugar una fuerte inflamación que interfiera en su capacidad respiratoria, produciendo ahogamiento. Por este motivo tenemos que acudir inmediatamente a una clínica veterinaria en cuanto observemos este síntoma.
A veces basta con que la picadura se produzca en cualquier parte del cuerpo. Es el caso de las mordeduras de las garrapatas, que pueden dar lugar a la llamada Fiebre Maculosa de las Montañas Rocosas (RMSF), que a su vez origina una fuerte inflamación de las orejas, las patas, los órganos sexuales y los labios. Asimismo, pueden aparecer puntos de sangre en los labios y las encías.
La hinchazón también es un síntoma frecuente de las reacciones alérgicas. La misma puede darse por el roce de alguna planta, como efecto secundario de alguna vacuna o medicamento, o por la ingesta de alguna sustancia. En este caso, la inflamación suele manifestarse en las orejas, la nariz, los párpados y los labios. Puede extenderse hasta provocar ahogamiento, por lo que es necesaria la intervención urgente de un profesional.
Por último, en ocasiones la inflamación se debe a un melanoma maligno, un tipo de cáncer que produce irregularidades en zonas como los labios. A menudo viene acompañado por la inflamación de la cara, problemas dentales y un exceso de salivación. Se da con mayor frecuencia en canes de edad avanzada, y requiere un tratamiento médico intensivo.
Causas frecuentes y cómo diferenciarlas
Identificar la causa es clave para actuar a tiempo. La velocidad de aparición, el patrón de crecimiento y los signos acompañantes nos orientan:
- Picaduras de insectos (abejas, avispas, arañas) y contacto con orugas urticantes: hinchazón rápida en minutos u horas, a veces dolor, rascado intenso y posibilidad de compromiso respiratorio si afecta a labios, nariz o garganta.
- Reacciones alérgicas a alimentos, plantas, plásticos, fármacos o vacunas: edema súbito; en hipersensibilidad alimentaria puede ser útil una dieta de eliminación o pienso hipoalergénico bajo supervisión veterinaria.
- Tumores o masas: progresión lenta a lo largo de días o semanas; requieren citología o biopsia para confirmar la naturaleza de la lesión.
- Cuerpos extraños y abscesos (espigas, espinas, anzuelos) o irritantes químicos: dolor localizado, mal olor y secreción; es esencial la extracción segura por el veterinario.
Dermatitis del pliegue labial y queilitis
La dermatitis del pliegue labial es una inflamación crónica de los pliegues, típica de razas con labios superiores e inferiores caídos (spaniel, bulldog inglés, san bernardo). La humedad atrapada favorece el crecimiento de bacterias y levaduras, generando mal olor, enrojecimiento, dolor e hinchazón. Una mala higiene oral lo empeora.
La queilitis (inflamación de los labios) también puede aparecer por extensión de una enfermedad de encías o de la cavidad oral. Lamer heridas infectadas u otras áreas con dermatitis puede trasladar la infección a los labios. Existen causas parasitarias, autoinmunitarias y tumorales que deben valorarse.
Signos habituales: el perro puede frotarse la boca, rascarse, presentar halitosis, salivación excesiva y, en casos graves, negarse a comer. En cuadros crónicos el pelo de los bordes labiales aparece descolorido y húmedo, con secreción espesa amarillenta o marrón de olor fétido y costras sobre piel enrojecida.
Tratamiento de base: rasurar el pelo de los pliegues, limpiar 1-2 veces al día con peróxido de benzoílo o un limpiador suave, y mantener la zona seca. El veterinario puede indicar cremas protectoras de barrera para piel irritada. En casos graves y recidivantes, la corrección quirúrgica de pliegues profundos proporciona un resultado más duradero. Si hay infección extensa, se rasura, se limpia y seca con suavidad, y se pautan antibióticos cuando procede. Tratar la enfermedad periodontal asociada evita recaídas.

Pioderma mucocutáneo y otros procesos de base
El pioderma mucocutáneo es una dermatosis de causa no del todo aclarada que afecta uniones mucocutáneas. Suele iniciar con eritema e hinchazón y evoluciona a fisuras, erosiones, úlceras, costras y despigmentación. Afecta con frecuencia a labios, piel perioral, puente nasal, trufa y, menos común, a párpados, vulva, prepucio o ano. Puede recidivar y requerir mantenimiento a largo plazo.
En la mayoría de los casos hay implicación de Staphylococcus pseudointermedius, aunque pueden colonizar otras bacterias como E. coli, Enterococcus faecium, Proteus mirabilis o Pseudomonas aeruginosa. El aumento de resistencias aconseja cultivo y antibiograma en infecciones recurrentes o extensas. A veces coexisten dermatitis atópica o endocrinopatías que predisponen al cuadro.
El diagnóstico se apoya en anamnesis, examen clínico y citología; en ocasiones son necesarias biopsias. Entre los diferenciales se incluyen lupus eritematoso discoide, intertrigo de pliegues labiales, celulitis juvenil, dermatitis sensible al zinc, pénfigo foliáceo o eritematoso, candidiasis, linfoma epiteliotropo, penfigoide cicatricial y reacciones medicamentosas. La correlación clínica-histológica es esencial, ya que algunos patrones pueden solaparse.

Traumatismos, heridas y cuerpos extraños
Las heridas labiales por peleas o por morder objetos cortantes son habituales. Espinas, espigas, plantas espinosas y anzuelos pueden clavarse en los labios y causar irritación, dolor o lesiones profundas. Algunos plásticos o vegetales irritantes provocan inflamación. El manejo correcto incluye valoración veterinaria, limpieza y, si se precisa, sutura. Prevenir ofreciendo juguetes seguros y evitando objetos peligrosos.
Problemas orales y dentales que inflaman los labios
Las infecciones bucodentales y la enfermedad periodontal pueden extender la inflamación a los labios. El sarro no tratado favorece gingivitis y periodontitis con dolor, sangrado e inflamación. En cachorros, los dientes de leche retenidos facilitan la acumulación de placa y pueden requerir extracción. Morder palos u objetos inadecuados origina lesiones.
Factores que predisponen: acumulación de sarro, mala higiene, malnutrición, uso prolongado de corticoides, exposición a agentes irritantes, diabetes, enfermedades autoinmunes, procesos hiperplásicos, neoplásicos o víricos y elementos genéticos. El tratamiento incluye limpieza bucodental profesional, antibióticos cuando hay infección, cirugía si existen bolsas profundas o dientes comprometidos, y pautas de cuidado domiciliario.
Cuándo acudir al veterinario y pruebas habituales
Se trata de una urgencia si hay dificultad respiratoria, hinchazón rápida de la cabeza y labios, lengua amoratada, vómitos o desmayo. También si la inflamación progresa o aparecen úlceras, secreciones o dolor intenso. Conviene anotar dónde ha estado el perro, desde cuándo está hinchado y cualquier exposición a insectos, plantas, alimentos, fármacos o vacunas.
Pruebas frecuentes: exploración completa de labios y pliegues, examen oral, citología y cultivo con antibiograma en infecciones, pruebas de alergia o dietas de eliminación, radiografías o endoscopia si se sospechan cuerpos extraños, punción aspirativa o biopsia de masas, y análisis sanguíneos para descartar endocrinopatías u otras enfermedades sistémicas.
Tratamientos y cuidados en casa bajo supervisión
El tratamiento depende de la causa. En alergias y picaduras pueden usarse corticoides y antihistamínicos bajo control veterinario. Las infecciones bacterianas requieren antibióticos apropiados. La dermatitis del pliegue labial se maneja con rasurado, higiene con peróxido de benzoílo o limpiador suave, secado y cremas barrera; en casos graves, corrección quirúrgica. El pioderma mucocutáneo necesita planes más largos de antibióticos, control de focos y mantenimiento. En tumores como el melanoma, el veterinario valorará cirugía y opciones oncológicas. Las heridas por cuerpos extraños se tratan con extracción segura y sutura si es necesario. La periodontitis exige limpieza dental profesional y, a veces, cirugía.
Cuidados domiciliarios: limpiar y secar los pliegues 1-2 veces al día en razas predispuestas, usar cuencos de acero inoxidable, cambiar el agua con frecuencia, retirar babas tras comer o beber, evitar que lama heridas en otras zonas, colocar collar isabelino si lo indica el veterinario, controlar insectos en el entorno y considerar dietas hipoalergénicas cuando se sospecha alergia alimentaria. Mantener la salud oral con cepillado y revisiones periódicas reduce recaídas.
La inflamación de los labios en perros tiene múltiples orígenes y puede ir de lo leve a lo potencialmente grave. Diferenciar por velocidad de inicio, signos acompañantes y antecedentes de exposición ayuda a orientar, pero la confirmación veterinaria es imprescindible para instaurar el tratamiento adecuado y evitar complicaciones.
