Uno de los hábitos más comunes entre los perros es comer hierba, que a menudo vomitan poco después. Existen muchas opiniones respecto a este extraño comportamiento; mientras algunos aseguran que es algo natural e incluso beneficioso, otros creen que puede resultar nocivo. En cualquier caso, existen muchos factores que pueden desencadenar esta conducta.
En primer lugar, debemos saber que ingerir vegetales es una práctica heredada de sus ancestros los lobos, que pueden resistir durante días comiendo exclusivamente hierba. Esto les ayuda a regurgitar y vomitar, y con ello, limpiar su estómago. «Actúa como una sustancia irritante de la pared del estómago: aumenta la secreción de ácidos y el grosor de la pared digestiva y, al final, desemboca en el vómito», explica el veterinario Adrián Aguilera.
Esta conducta puede estar motivada sencillamente por el instinto evolutivo, aunque a veces tiene su origen en causas muy diferentes. Uno de ellos es el dolor de estómago; si el animal sufre una mala digestión o tiene molestias, tratará de provocarse el vómito para aliviar el malestar. Otra teoría afirma que una dieta insuficiente lleva a los canes a adquirir este hábito. De hecho, los lobos consumen plantas habitualmente buscando una fuente de fibra.
En principio, comer hierba no tiene por qué ser perjudicial para nuestro perro. Sin embargo es necesario tomar ciertas precauciones, ya que esta ingesta conlleva algunos riesgos. Por ejemplo, puede que la hierba haya sido tratada recientemente por pesticidas y químicos, provocando fácilmente una intoxicación en el animal.
Por otro lado, este hábito en ocasiones es síntoma de un trastorno digestivo, especialmente si el can consume vegetales compulsivamente. En ese caso, es necesario acudir al veterinario para que averigüe lo que ocurre y encuentre la solución. También puede ser señal de algún problema de comportamiento; la ansiedad o el aburrimiento son dos buenos ejemplos de ello.