Todos los perros, independientemente de su raza o cruce, merecen ser felices. Sin embargo, la realidad es que los callejeros, es decir, aquellos que podemos encontrar en las calles o llenando la mayoría de jaulas de los refugios de animales, son los que lo pasan peor.
Es por eso por lo que si te estás planteando empezar a convivir con un can, te recomendamos preguntarte por qué elegir un perro callejero y no uno de raza. Nuestras respuestas las podrás leer en este artículo, pero es muy posible que al final encuentres las tuyas propias. 🙂
Salvas dos vidas
Si adoptas a un perro callejero salvarás dos vidas: la del animal que te llevas a casa, y la de aquel que ocupará su lugar en el refugio o protectora. La superpoblación canina es un problema muy serio, que se agrava con cada abandono. De hecho, sólo en España durante el 2016 se abandonaron más de 100 mil canes según la Fundación Affinity. Eso es muchísimo. No se puede comprar o adoptar a un animal si luego no te vas a hacer cargo de él.
Si no hay demanda, no hay negocio
Las fábricas de cachorros son sitios donde las perras viven (en realidad, sobreviven) en jaulas muy estrechas. Lo único que hacen es parir y criar. Parir y criar cachorros que luego serán llevados también en jaulas a otros países (como España) para venderlos. ¿Por qué? Porque hay demanda.
Si todos adoptáramos, estas fábricas cerrarían y el sufrimiento de millones de animales se acabaría por fin.
No cambiarás el mundo, pero sí el suyo
Y eso ya es magnífico. Adoptar a un perro es una acción muy bonita. Es permitirle a ese peludo de cuatro patas tener la vida que merece. Dormir en una cama calentita y cómoda, pasear con una familia que lo adora, jugar y divertirse con ella y/o con otros perros. En definitiva, ser feliz.
Y tú, ¿por qué adoptarías?