Mucha gente ve a su perro en un estado normal y no se preocupa, pensando que el día que se ponga enfermo nos los comunicará. Sin embargo, hay muchas enfermedades que no se pueden ver, y que no causan dolor u otros síntomas, por lo que pueden pasar totalmente desapercibidas hasta que ya sea demasiado tarde para el perro.
Si queremos cuidar la salud de nuestro perro de forma global, los análisis de sangre son una buena forma de hacerles un chequeo anual. Como con las personas, indican muchas cosas importantes que podemos no notar en un principio. De esta forma, podremos estar totalmente tranquilos, sabiendo que el perro se encuentra en las mejores condiciones.
Pedirle un análisis de sangre a nuestro veterinario es fácil, y entenderá que deseemos hacerle un chequeo anual. Dependiendo de la raza, la edad y el tamaño, los indicadores bioquímicos son algo diferentes, pero ellos sabrán explicarnos todo.
Solamente debemos acudir al veterinario, le sacarán sangre de una patita y la enviarán al laboratorio. Normalmente, tarda solo un día y al día siguiente ya podremos acudir para saber los resultados. Con los perros jóvenes a veces no es necesario, ya que difícilmente desarrollarán enfermedades, pero con los perros senior es casi obligado, ya que pueden tener problemas propios de la edad y hay que detectarlos cuanto antes.
Algunas de las enfermedades que se detectan con estos análisis son el fallo renal o hepático. También algunos tipos de tumores que no tienen síntomas en principio. En general, sabremos si los órganos principales funcionan bien. También si tienen anemia, o si sus niveles de electrolitos son normales, ya que si no lo son puede haber deshidratación por algún problema.
No dejéis de chequear a vuestra mascota para anticiparos a algunas enfermedades. Sobre todo cuando se hacen mayores y pasan de los siete u ocho años.