No hay nada más desagradable que ver a tu mejor amigo peludo comiendo sus heces. Y lo curioso es que muchas veces te mira con esa carita tan dulce con la intención de darte un beso. Es, sin duda, una de las situaciones que con más urgencia necesitamos evitar… o solucionar. Pero, ¿cómo?
Para encontrar la respuesta a esa pregunta primero es importante saber por qué mi perro se come sus heces. Así pues, sin más dilación, vamos a ver cuál es el origen de este comportamiento.
Una de las causas principales es la carencia nutricional, ya sea porque el propio organismo del perro no puede absorber todos los nutrientes que tiene el pienso por alguna enfermedad renal, o bien porque la comida que le damos no es del todo correcta. En cualquier caso, antes de hacer algún cambio en su dieta, es importante acudir al veterinario para que nos diga exactamente qué es lo que le ocurre, y cómo se trata.
Siguiendo con el tema de la alimentación, hay algunos perros que se comen sus heces porque no se les da la cantidad que necesitan teniendo en cuenta su peso, edad, actividad física y tipo de comida. Por ejemplo, a un perro adulto de 32kg, con una actividad moderada, se le debe dar alrededor de 370-380 gramos al día siempre y cuando el pienso sea de alta calidad (la cantidad será mayor si es de calidad media y más aún si es de calidad baja). Lee la etiqueta del saco de pienso para saber cuánto le tienes que dar a tu amigo.

Otro motivo puede ser que tu perro sea mayor y tenga problemas para controlar sus esfínteres. Puede temer tu reacción, por lo que opta por comerse sus heces. En este caso, hay que hacerle ver que no pasa nada, que no se le va a regañar (tampoco hay que mirarlo con mala cara, ni hablarle en tono de desagrado).
Si tu perro tiene ansiedad por separación, hará lo que sea para captar tu atención, incluso comer sus propias heces. Por ello, hay que buscar ayuda para tratar la ansiedad.
Qué es la coprofagia canina y por qué se considera normal en algunos casos

Se denomina coprofagia al hábito de ingerir heces. Puede ser autocoprofagia (come las suyas), intraespecífica (de otros perros) o interespecífica (de otros animales). Se encuadra dentro de la pica, que es la ingestión de sustancias no alimenticias propias de la especie. Es frecuente en cachorros y, en muchos, desaparece con la madurez.
Hay una forma de coprofagia que no es patológica: la materna. Las perras limpian la paridera ingiriendo las heces de los cachorros para mantener la higiene y reducir el riesgo de enfermedades o depredadores. Algunos cachorros pueden imitar esta conducta temporalmente.
Causas conductuales más habituales

- Evitar reprimendas: si se ha regañado al perro por hacer sus necesidades en lugares inadecuados, puede intentar eliminar la evidencia comiéndose las heces.
- Estrés, ansiedad o aburrimiento: la falta de estimulación, la soledad o cambios en el entorno (mudanzas, nuevos miembros) favorecen el comportamiento.
- Demanda de atención: algunos perros aprenden que hacerlo provoca una reacción del tutor, reforzando el hábito.
- Sumisión e imitación: en convivencia con otros perros, pueden comer heces por sumisión o por copiar a congéneres.
- Curiosidad olfativa: las heces contienen feromonas y olores intensos; las de herbívoros o dietas ricas en proteína pueden resultar más apetecibles.
- Higiene ambiental deficiente: si el entorno está sucio, el perro puede intentar limpiar su espacio con este comportamiento.
Causas nutricionales y de salud que debes descartar

Además de la cantidad, importa la calidad y la capacidad de absorción de nutrientes. Dietas de baja calidad o animales con mala digestión pueden buscar enzimas y nutrientes en heces.
- Enfermedades endocrinas: hipertiroidismo o síndrome de Cushing aumentan el apetito.
- Trastornos digestivos: insuficiencia pancreática exocrina, SIBO o síndromes de malabsorción predisponen a la conducta. Para problemas digestivos consulta cómo tratar la indigestión en perros.
- Diabetes y parasitosis: pueden generar hambre e impulsar la búsqueda de alimentos inusuales.
- Envejecimiento: perros mayores con incontinencia o deterioro cognitivo pueden comer heces por manejo del entorno o confusión.
Riesgos para la salud y medidas de higiene
Comer heces expone a patógenos y toxinas (bacterias, virus, parásitos). Existe riesgo de zoonosis para la familia, especialmente en niños, embarazadas y personas inmunodeprimidas. Los signos más comunes tras la ingestión son vómitos, diarrea y halitosis. La medida clave es recoger de inmediato las deposiciones y mantener el entorno limpio.
Cómo evitar que tu perro se coma las heces
– Revisa con tu veterinario la dieta y, si procede, introduce comida más digestible o suplementos digestivos recomendados por el profesional.
– Aumenta el ejercicio, los paseos con olfateo y el enriquecimiento (juguetes dispensadores, juegos de búsqueda) para reducir el aburrimiento.
– Trabaja el adiestramiento con refuerzo positivo: enseña «déjalo» y «ven», premia cuando ignore heces y evita los castigos.
– Supervisa y usa correa en zonas con excrementos; si convive con gatos, coloca los areneros en áreas inaccesibles para el perro.
Cuándo acudir al veterinario y qué pruebas pueden solicitar
Consulta si el hábito es persistente, hay pérdida de peso, diarreas recurrentes, cambios en el apetito o apatía. El profesional puede recomendar un análisis coprológico (parásitos), analítica sanguínea, pruebas de función pancreática y valoración hormonal. Con el diagnóstico, se pautará el tratamiento adecuado y un plan conductual.
Dejará de comer sus heces. Ten paciencia y ya verás como lo consigues ..
Comprender que la coprofagia tiene múltiples causas (conductuales, nutricionales y médicas), minimizar los riesgos con higiene, y combinar veterinaria, manejo del entorno y adiestramiento es la vía más eficaz para resolverla a largo plazo; la constancia y el refuerzo positivo marcan la diferencia. Con estos consejos tu perro dejará de comer sus heces. Ten paciencia y ya verás como lo consigues ..