Problemas de comportamiento en perros que usan collares de castigo

Pitbull con collar de castigo

Cuando un perro no camina al lado de su persona, que incluso tira mucho de la correa o se pone muy nervioso cuando ve a otros canes, el humano para corregir ese comportamiento suele optar por comprarle al peludo un accesorio que poco tiene de educativo: un collar de castigo o también llamados de adiestramiento.

Tanto si es una cadena como si además tiene pinchos largos, no es nada recomendable adquirirlo. Y es que, aunque al principio se pueda pensar lo contrario, los problemas de comportamiento en perros que usan collares de castigo están a la orden del día.

¿Qué son?

Collar de adiestramiento o de pinchos

Los collares de castigo son unos objetos que se colocan en el cuello del perro que, una vez que no actúan de la forma correcta, les produce una experiencia negativa. Hay de tres tipos, que son:

  • Collar eléctrico: produce una descarga eléctrica que puede ser más o menos intensa cuando el adiestrador pulsa un botón del mando a distancia. También se activa cuando la garganta del perro empieza a vibrar para ladrar.
  • Collar de pinchos: lleva púas de metal o de plástico que se clavan en el cuello cuando tira de la correa o la persona le da un tirón para corregirle.
  • Collar de estrangulamiento: se estrecha sin límite sobre el cuello del perro.

Se han usado durante muchos años, pero afortunadamente esta es una práctica que se va reduciendo. En diversos países del mundo son ilegales; en España están regulados por las comunidades autónomas.

¿Por qué se compran?

Hay diversos motivos por los que una persona compra un collar de castigo a su perro. Por ejemplo, por recomendación de un conocido, por haberlo visto usar en algún programa de televisión, o incluso porque su veterinario se lo ha sugerido. En cualquiera de estos casos, el objetivo de esta adquisición es prevenir o corregir un problema de comportamiento.

Pero hay que saber que esa compra no va a solucionar nada; sino más bien lo contrario.

¿Cuáles son los problemas que pueden aparecer?

Cuando se compra un collar de castigo, por ejemplo, uno eléctrico, se espera que el perro deje de ladrar, o de tirar de la correa, pero la realidad es que si queremos solucionar el problema hay que averiguar por qué se comporta así…. porque, sí, una descarga eléctrica va a conseguir que se quede a tu lado en ese momento, pero no le va a enseñar a pasear bien ni, mucho menos, a disfrutar del paseo.

Este objeto lo único que hace es provocarle experiencias negativas, y si además lo hace de forma continuada lo que lograremos es que aparezcan problemas de comportamiento que antes no había. ¿Por qué?

Porque el cerebro del perro relaciona cada situación negativa con el dolor que siente, hasta el punto de más pronto que tarde creerá que, por ejemplo, cualquier perro que se le acerque le va a causar dolor, y por este motivo hará lo posible para mantenerlo alejado y, también para que el collar no le apriete.

Así, el animal se mostrará agresivo con otros perros, con niños, bicicletas,… en definitiva, con cualquier animal (persona o peludo) u objeto que su cerebro haya relacionado con dolor.

¿Hay alternativas?

Perro en el campo

Por supuesto. La alternativa pasa por entender al perro, su lenguaje corporal, sus señales de calma, y por respetarlo en todo momento. Ojo, no se trata de dejar que se muestre agresivo, sino de enseñarle que no tiene nada que temer. Y para eso podemos contar con la ayuda de adiestradores que trabajen en positivo.

Lo que no aconsejo hacer bajo ningún concepto es seguir los consejos de supuestos profesionales, y menos si salen en ciertos canales de televisión, porque no siempre una persona que tiene muchos seguidores es un verdadero profesional.

Espero que te haya sido de utilidad.


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