Entre los principales beneficios de convivir con un perro encontramos que nos ayudan a reducir el estrés, nos animan a hacer deporte y mejoran nuestro estado de ánimo. A todo ello tenemos que sumar las propiedades curativas de su saliva, que entre otras cosas, favorece la prevención de alergias.
Y es que algunos estudios revelan que la saliva de los canes refuerza el sistema inmunológico de las personas que conviven con ellos. Como muestra el realizado por las bacteriólogas de la Universidad de Cúcuta Leslie Lozano Paba y María Baldissera en 2008, según el cual confirmaron la presencia de estas propiedades.
Mucho más reciente es el estudio de la Universidad de Arizona, llevado a cabo este mismo año, que afirma que los microbios presentes en el estómago de estos animales pueden tener un efecto probiótico en nuestro organismo, que nos transmiten por la saliva fortaleciendo a su vez nuestra flora bacteriana.
Además, el líder de la investigación, el Dr. Charles Raison, afirma que lejos de la creencia de que los perros provocan alergias, lo cierto es que ayudan a luchar contra ellas. Su saliva puede combatir malestares como los estornudos, la comezón nasal y los ojos llorosos.
Dicho estudio incluye un análisis químico de la saliva canina, que demuestra que contiene propiedades de tipo inmune, proteínas antimicrobianas y antifúngicas. Por ello este líquido ayuda a curar las infecciones de la piel, así como a reducir las cicatrices.
A pesar de todo ello, no debemos dejar que nuestro perro lama nuestras heridas, ya que su saliva no sólo contiene propiedades desinfectantes, sino también algunos gérmenes que pueden agravar la irritación. Además, la humedad de la lengua ralentiza el proceso de cicatrización.
La realidad es que todavía queda mucho por investigar sobre la capacidad curativa de la saliva de los perros. A día de hoy no existe manera de medir exactamente estos beneficios, aunque sí ha quedado demostrado científicamente que su composición incluye sustancias desinfectantes.