La pseudogestación o embarazo psicológico es un fenómeno común en el mundo canino; 6 de cada 10 perras no estilizadas pasan por ello. Se trata de un desajuste hormonal caracterizado por la aparición de los síntomas de embarazo en el animal, y si bien no es una enfermedad, requiere algunas atenciones especiales para evitar que se convierta en un problema mayor.
¿Qué es la pseudogestación?
Es un trastorno hormonal cuyo origen se encuentra en una especie de mecanismo de superviviencia. Los ancestros de los perros, es decir, los lobos, utilizan la pseudogestación como método para alimentar a los cachorros y así aumentar sus posibilidades de salir adelante. Así, cualquier hembra de la manada puede alimentar a las crías aunque no sea su madre biológica.
El embarazo psicológico tiene lugar unos dos meses después de una ovulación que no termina en gestación. Cuando finaliza el período de ciclo estral, conocido comúnmente como celo, comienza el diestro, cuya duración ronda los dos meses (igual que la gestación o embarazo). Durante esta última fase el organismo de la perra produce una hormona llamada prolactina, responsable de síntomas como el aumento de las mamas y la producción de leche.
Principales síntomas
Este desajuste implica determinados cambios físicos y psicológicos, aunque no tiene por qué darse todos ellos:
- Abdomen abultado.
- Hinchazón de las mamas.
- Producción de leche o líquido seroso.
- Flujo vulvar.
- Irritabilidad.
- Pérdida del apetito.
- Apatía.
- Nerviosismo y/o inseguridad.
- Gimoteo frecuente.
- Agresividad.
- Comportamientos maternales. Por ejemplo, tratar a sus juguetes como su fueran sus propios cachorros.
Con el tiempo, todo esto puede desencadenar en graves problemas como la mastitis, una dolorosa infección causada por la obstrucción de los conductos de la leche. Por ello es fundamental acudir rápidamente a un veterinario si observamos estos síntomas. Él sabrá recomendarnos el tratamiento adecuado y nos informará sobre la castración, que supondría la solución definitiva.