Un etograma canino es el estudio del comportamiento de un perro durante un tiempo determinado en el que nos mantendremos atentos a sus reacciones ante diferentes estímulos, su carácter y su sociabilidad. De esta manera podemos llegar a conocer en profundidad al animal, lo que nos ayudará a establecer una relación más estrecha con él y a planificar un método de educación.
Se trata de un instrumento complementario que pertenece al campo de la etología, que a su vez, forma parte de la zoología. La misma se dedica al estudio profundo del comportamiento de los animales y los seres humanos desde el punto de vista biológico. De hecho, proviene de los términos griegos “ethos” (costumbre y gramma) y “logos” (estudio o trabajo).
Nosotros mismos podemos elaborar dicho etograma con respecto a nuestro perro. El estudio requiere una duración mínima de dos semanas, durante las cuales observaremos detenidamente al can, con lo que lograremos crear una imagen más precisa de su comportamiento. Los resultados pueden ser claves para su educación y bienestar.
Este pequeño estudio debe incluir algunos datos claves, como aquellas situaciones que agradan al perro, las que le desagradan y las que le hacen sentir miedo. Podemos hacerlo usando algunas plantillas disponibles gratuitamente en Internet o elaborar nuestra propia guía; lo importante es que incluya los detalles que hemos mencionado.
Hay que prestar especial atención a su comportamiento respecto a la comida, su relación con otros perros, su actitud durante el paseo y sus características físicas. Si advirtiéramos cualquier señal de dolor físico, deberíamos acudir inmediatamente a un veterinario.
Una vez hayamos obtenido los resultados, tendremos que analizarlos. Si observamos que nuestro perro presenta conductas no deseables constantemente y de notable gravedad, lo más recomendable será contratar los servicios de un adiestrador profesional. Recordemos que el equilibrio psicológico de estos animales es esencial para su bienestar y que depende en gran medida de nosotros.