La etología es el estudio científico del comportamiento humano y animal. El etólogo se dedica a estudiar el comportamiento de las especies para describir pautas y conocer en qué medida estos comportamientos ayudan a la especie en su camino hacia la supervivencia. Hoy en día existen etólogos veterinarios dedicados incluso al comportamiento canino de forma especializada, los cuales pueden llegar a ser muy útiles.
El etólogo ofrece un trabajo científico especializado en el cual llega a ser el mejor conocedor de los comportamientos de los animales. Los etólogos pueden trabajar en muchos lugares, desde zoológicos a parques naturales o incluso pueden trabajar con animales domésticos.
Qué hace un etólogo
Los etólogos estudian de forma científica el comportamiento de los animales en libertad para conocer en las causas y las motivaciones de este comportamiento, de qué forma les ayudan en su lucha por la supervivencia. Aunque se suele hablar de estudios de campo, también es posible que el etólogo estudie comportamientos en diferentes condiciones. Dentro de la etología hay muchos campos en los que se puede estudiar el comportamiento de alguna especie en diversos ambientes. Aunque ahora nos referiremos a la etología veterinaria, pues es la que nos ayudará a conocer las motivaciones del comportamiento de nuestro perro y a encontrar soluciones. No obstante, hay muchas otras ramas de la etología, incluso la etología humana.
Cómo trabaja el etólogo
El etólogo tiene que conocer el comportamiento del animal en un ambiente determinado y para ello realizará una investigación al detalle para llegar a un diagnóstico, con el cual se podrá crear una solución al problema que tengamos. El primer caso es conocer la causa o mecanismo, es decir, qué es lo que está haciendo surgir el comportamiento que deseamos anular. Por ejemplo, se trata de saber por qué un perro tiene un excesivo miedo a las personas o a determinados objetos. El siguiente paso es reflexionar acerca de la función de ese comportamiento primario. Para qué le sirve al animal ese comportamiento en la naturaleza. Es decir, en el ejemplo un perro que le tiene miedo a algo elabora un comportamiento que en su esencia es una forma de supervivencia, escapando de aquello que le puede dañar.
A continuación debe desarrollar lo que es la ontogenia de la conducta. Se trata de conocer cómo el animal ha llegado a desarrollar esa conducta en concreto. Para ello hay que conocer en qué momento surgió o si es fruto de un trauma en los primeros años de aprendizaje o algo posterior. Con el paso de la evolución el etólogo se pregunta cómo esta conducta ha hecho evolucionar a la especie y en qué medida puede ser útil en ese ambiente.
Con todo esto, un etólogo lo que hace es conocer el ambiente del animal, sus motivaciones, las causas y todo aquello que le haga reaccionar de esta manera, basándose también en la importancia del instinto y de los comportamientos evolutivos que se dan en la naturaleza y que se llevan en el componente genético. Todo influye a la hora de hacer surgir un comportamiento determinado.
La utilidad del etólogo veterinario
El etólogo veterinario actúa con perros, un animal que se ha visto muy condicionado en su comportamiento por su acercamiento al ser humano. En este caso, el etólogo tiene que conocer el ambiente del perro, sus comportamientos y también cómo interactúa con sus humanos para reconocer todo lo que puede llegar a influir en ese comportamiento. Una vez generado el diagnóstico, lo que se hace es proponer un trabajo de campo para modificar el comportamiento. Esta modificacion de conducta se realiza de forma que el perro aprenda a realizar otro comportamiento que le ayude a superar el problema. Al reconocer las causas y el problema se puede luchar contra él para que el animal pueda comportarse de una forma equilibrada.
El etólogo veterinario realiza un estudio profundo sobre el comportamiento de cada perro, pero siempre lo aplica a la conducta canina, de la que son muy conocedores. En definitiva debemos llamarlo cuando nuestro perro realice un comportamiento que tengamos que cambiar porque no es el adecuado ni le ayuda en el día a día.