Al igual que nos ocurre a las personas, los perros también pueden sufrir infecciones causadas por hongos. Éstos suelen aparecer en las zonas húmedas de su cuerpo, como las orejas, las patas o los pliegues más profundos de la piel. La rojez, el picor y la irritación son sus principales síntomas, siendo algunas razas más propensas que otras a padecerlos. Por suerte, se trata de un problema de fácil solución.
Lo cierto es que cualquier can corre el riesgo de sufrir una infección por hongos si no tomamos ciertas precauciones, como mantener una higiene adecuada. Aunque debemos saber que los perros con un sistema inmunitario debilitado son más propensos, así como aquellos que suelen padecer alergias e infecciones en la piel.
El tratamiento médico dependerá del tipo de infección que el perro haya contraído. Por lo general, se utilizan antifúngicos tópicos y sistemáticos. Si el problema es leve, aplicaremos el medicamento en una determinada zona, mientras que si conlleva una mayor gravedad, lo más común es administrarlo por vía oral. Éste debe ser recetado siempre por un veterinario cualificado.
Además podemos llevar a cabo otros sencillos trucos, como bañar al animal con un champú anti-hongos especial para canes (por supuesto consultándolo antes con un profesional). Después tenemos que secarlo muy bien, ya que los hongos ganan fuerza con la humedad.
En caso de que los hongos se encuentren en las patas, se aconseja mojarlas en una solución de agua tibia, champú anti-hongos y un poco de yodo. De este modo ayudaremos a acabar con la irritación y a secar las ampollas. Asimismo, se recomienda el uso de enjuagues elaborados con ácido bórico y clorhexidina, entre otras sustancias.
Por último, es clave que llevemos a cabo todas estas medidas únicamente con el permiso de un veterinario, ya que dependiendo de la infección podríamos agravar los síntomas. Además debe ser el experto quien haga el diagnóstico, pues puede confundirse fácilmente este problema con otros como alergias alimentarias o respiratorias.