El carácter de nuestro peludo puede alterarse por distintos factores, como puede ser la propia raza del animal o la presencia de un can que no ha sido socializado correctamente de cachorro y que por lo tanto no sabe cómo comportarse, entre otros.
Saber qué hacer si mi perro es muy nervioso es muy importante, pues así podremos evitar sorpresas desagradables.
¿Por qué puede ponerse nervioso mi perro?
Raza
Hay determinadas razas que son más nerviosas que otras, como el Ratero mallorquín o el Jack Russell. Esto no significa que sean agresivas, sino que simplemente tienden a tener un nivel de energía medio-alto y que, por lo tanto, van a necesitar hacer más ejercicio que un por ejemplo Yorkshire Terrier para estar tranquilos.
Edad
Los cachorros tienden a ser más nerviosos que los adultos. Todo es nuevo para ellos. Hasta que no exploren el mundo que les rodea, siempre con la ayuda de un humano tranquilo, no se irán calmando. Para ello, es muy recomendable llevarnos golosinas para perros y juguetes con los que poder ganarnos su confianza. Una vez hecho esto, los peluditos podrán sentirse seguros a nuestro lado, lo que contribuirá a relajarlos.
Estímulos
Independientemente de la edad y de la raza hay una serie de estímulos que pueden poner nervioso hasta al perro más tranquilo: fuegos artificiales, otros perros, juguetes con sonido, el ruido de los coches, las tormentas, personas, gatos,… Para ayudarles a estar calmados, tenemos que saber qué es lo que les poner tan nerviosos y tomar las medidas necesarias.
¿Cuáles son las señales de nerviosismo en el perro?
Para saber si nuestro amigo está nervioso, tendremos que fijarnos en lo siguiente:
- Se le eriza el pelo de la espalda.
- Se mueve de un lado hacia otro.
- Las orejas las mantiene erguidas.
- Ladra de manera incesante al estímulo.
- A veces, puede enseñar los dientes e incluso atacar.
¿Cómo relajar a un perro nervioso?
El perro debe de poder confiar en su humano, el cual tiene que mostrarse tranquilo en todo momento.
Si vivimos con un perro que es nervioso por naturaleza o que se pone así en determinadas situaciones, tenemos que hacer lo siguiente:
Mostrarnos tranquilos y confiados
Es quizá lo más importante. El can tiene que poder confiar en alguien que se sienta tranquilo y seguro de sí mismo. Este humano no tiene que actuar como jefe, sino como guía y compañero, del mismo modo que hicieron nuestros padres cuando éramos niños. Con paciencia, delicadeza y constancia.
Lo alejaremos del estímulo
Si por ejemplo estamos en un parque para perros donde hay uno que está poniendo muy nervioso a nuestro amigo, es decir, que está haciendo que ladre, gruña y/o que erice el pelo de la espalda, debemos alejarnos lo suficiente para que pueda calmarse. A una distancia prudencial, donde ya no pueda tener contacto visual con ese perro, será muy recomendable tirarle golosinas por el suelo para que las busque. Esto le servirá para relajarse.
No debemos de acariciarle mientras esté nervioso, ya que de hacerlo lo que conseguiremos será premiar este comportamiento, y eso es algo que no queremos pues el animal entenderá que está bien estar alterado.
Paseos diarios
Un perro sólo puede estar tranquilo si es sacado a pasear todos los días, varias veces, desde el primer momento en el que le ponen la primera vacuna. Si queremos que sea feliz tenemos que responsabilizarnos de él y asegurarnos de que hace la cantidad de ejercicio adecuada dependiendo de su edad y estado de salud.
Además, en casa deberemos de jugar con él, también a diario. En las tiendas de animales encontraremos una gran variedad de juguetes, como pelotas o mordedores. Compraremos aquellos que más nos gusten teniendo presente el tamaño y la edad de nuestro amigo, y dedicaremos varias sesiones para divertirnos con nuestro perro.
Con estos consejos y trucos, nuestro perro podrá estar y sentirse mucho mejor a nuestro lado.