Cómo regañar al perro correctamente

Hombre regañando a su perro.

Si bien es cierto que no debemos permitir ciertas conductas a nuestro perro, hay que reconocer que regañarle de la manera adecuada no es una tarea fácil ni agradable. Tenemos que encontrar el momento correcto para ello, usar un tono de voz firme pero suave, y por supuesto, no hay que recurrir jamás al castigo físico. Estas son las claves para regañar al can correctamente.

Debemos entender que regañar al perro consiste en corregir su comportamiento, nunca en castigarle con la intención de que «reflexione». Éstos son métodos más bien aplicables a los seres humanos, mientras que los perros aprenden mediante otra clase de educación. En su caso, los castigos sólo empeoran la situación y les desequilibra emocionalmente.

Para empezar, de nada sirve regañar a un perro horas después de haberse portado mal. De esta forma no sabe asociar nuestra reacción con sus actos, por lo que podemos crear confusiones en su educación. Si, por ejemplo, le regañamos cuando está divirtiéndose con alguno de sus juguetes por algo malo que ha hecho previamente, puede que el animal relacione su juguete con una experiencia negativa y no vuelva a acercarse a él.

Por otro lado, es importante aclarar que reñir no es lo mismo que gritar o enfadarse. La intensidad de la corrección debe ser firme pero serena, ya que de lo contrario crearemos inseguridad y miedo en nuestro perro. Lo ideal es que usemos pocas palabras: un simple «no» o «stop» bastará. El objetivo es que asocie esta palabra a algo negativo.

Tras esta reprimenda, tendremos que mostrar al can lo que hay que hacer, como modo de corrección. Si, por ejemplo, le encontramos mordiendo uno de nuestros zapatos, habría que «regañarle» brevemente y mostrarle a continuación los juguetes con los que sí puede jugar.

Como decíamos anteriormente, los golpes y los gritos quedan totalmente descartados. También deberíamos evitar el aislamiento como castigo. Quizá encerrar a nuestro perro durante un rato nos parezca buena idea, pero la realidad es que esto puede ocasionarle una gran confusión y tristeza.

Por último, necesitaremos buenas dosis de paciencia para corregir el mal comportamiento de nuestro perro. Si actuamos con respeto, serenidad y cariño lograremos educar a nuestra mascota sin dañar su autoestima ni perjudicarla en absoluto.


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