Al igual que nos ocurre a los seres humanos, los perros también pueden sufrir períodos de ansiedad como reacción ante determinadas situaciones. El primer paso para ayudarles a superar este problema es reconocer sus síntomas, algo bastante sencillo si tenemos en cuenta que son similares a los que nos afectan a nosotros. En este post resumimos algunos de los más comunes.
1. Comportamientos destructivos. Estos animales tratan de calmar su estrés mordiendo y masticando todo aquello que encuentran a su alrededor. Lo más común es que presenten esta actitud cuando están solos en casa o frente a otras situaciones que les pongan nerviosos.
2. Agresividad. Pueden responder así frente a lo que consideren una amenaza, lo que a su vez eleva notablemente sus niveles de ansiedad. Si notamos que el perro nos mira fijamente, manteniendo su cuerpo en tensión e incluso sacando los dientes, será mejor que no nos acerquemos.
3. Hábitos compulsivos. Es frecuente, cuando un perro sufre ansiedad, que se lama las patas o la nariz continuamente. También puede que rasque el suelo, ladre o se sacuda repetidamente, de forma obsesiva.
4. Pérdida del apetito o hambre excesiva. Estos dos extremos pueden ser señales de una fuerte ansiedad por parte de nuestra mascota. Ante la presentación de alguno de estos dos síntomas, lo primero que debemos hacer es acudir al veterinario para que descarte los problemas físicos.
5. Caída del pelo. Es una consecuencia clásica de estrés. De igual forma, tenemos que visitar al veterinario para que examine la piel del animal y averigüe el origen de este trastorno.
6. Jadeos rápidos e intensos. Si el can jadea continuamente sin haber realizado previamente ejercicio físico, es posible que se trate de un signo de ansiedad. Debemos tener cuidado, pues esta actitud puede preceder a una reacción agresiva.
7. Aislamiento. Puede que el animal evite nuestro contacto, llegando incluso a darnos la espalda y a esconderse en un rincón. De nuevo, consultarlo con el especialista debe ser nuestro primer paso.