Como pasa con las personas, los perros también tienen diferentes tipos de pelaje. Esto hace que los cuidados que tenemos que darle sean diferentes, ya que no podemos usar las mismas herramientas para cuidar el pelo de un Chihuahua que de un Husky Siberiano.
Además, cuidar el pelaje de los animales no es solo algo estético para ellos. Esto les ayuda a mejorar el aspecto de la piel, la circulación, y a renovar el pelo muerto que les va quedando suelto. Si no se cepillan, en muchos casos pueden desarrollar problemas cutáneos al no retirar el exceso de pelo.
Los perros de pelo duro tienen pelo de más de diez centímetros de largo, y además es grueso. En estos casos el perro también suele tener unas cejas y barbas grandes y largas. El perro Schnauzer es el típico pelo duro en los perros. Esta clase de pelaje se debe cepillar casi a diario, para que no se enrede, con un cepillo adecuado. Además, está recomendado cortárselo con un corte adecuado que nos facilite el cepillado.
El pelo rizado es muy peculiar y necesita cuidados especiales. Hay que decir que es el mejor pelaje para las personas alérgicas. Además, se debe cuidar casi a diario, para que no se enrede. El Caniche o los perros de aguas son característicos de este pelaje. Debe lavarse con un champú humectante, ya que este pelo se reseca bastante.
El pelaje corto es el más sencillo, y necesita muy pocos cuidados, ideal para los que no les gusta la idea de tener que peinar al perro. El Bóxer es un gran ejemplo de este pelaje. No se debe bañar con gran frecuencia para no estropear la grasa protectora de la piel.
En cuanto al pelaje largo es difícil de cuidar, ya que necesita peinado constante para evitar los enredos. El Yorkshire o el Afgano son ejemplos de perros con pelo largo. En ellos se suele optar por cortarle el cabello en las peluquerías caninas.
Tipos de capa y cómo reconocerlos
Existen perros con capa simple (una sola capa de pelo) y con capa doble (pelo de guarda y subpelo). La doble capa aporta aislamiento térmico y requiere más mantenimiento en épocas de muda. Para identificarla, separa el manto: si observas una capa interna densa y suave bajo pelos más largos y firmes, es doble capa.
Perros con pelo corto raso
Se da en razas adaptadas a climas templados, como perro salchicha, Pit Bull, Bóxer o Doberman. Suele medir entre 1 y 4 cm. Conviene bañarlo cada mes y medio y cepillar 1-2 veces/semana con manopla de goma. Este tipo de manto puede ser más propenso a irritaciones cutáneas, por lo que es recomendable usar cosmética específica para pelo corto.
Pelo medio y mantos de muda marcada
Los mantos de longitud media (por ejemplo, Golden Retriever, Border Collie) presentan mudas estacionales. Requieren cepillado frecuente con carda y rastrillo de subpelo, además de acondicionador en spray para mantener la hidratación. En épocas de muda intensa, aumenta la frecuencia del cepillado para retirar el subpelo suelto.
Pelo doble o con subpelo
Común en Husky Siberiano, Pastor Alemán o Akita. El subpelo se desprende en grandes cantidades en determinadas épocas. Cepilla al menos 3 veces/semana con cepillo para subpelo en temporada de muda, baña cada 4-6 semanas con champú suave y realiza un secado profundo para evitar humedad atrapada. No rapes este manto: el subpelo protege del frío y del calor.
Pelo duro: técnica y mantenimiento
En terriers y Schnauzer es clave el stripping o pelado manual para retirar pelo muerto y conservar la textura áspera. Evita ablandarlo con champús muy grasos y mantén cepillado regular. Consulta la periodicidad del stripping con un profesional.
Pelo rizado: cuidados intensivos
En Caniche o perros de aguas crece de forma continua y tiende a resecarse. Requiere cepillado frecuente, cortes periódicos (preferible tijera en lugar de maquinilla) y champú humectante con acondicionador. Seca bien tras el baño para evitar humedad residual.
Pelo largo: estética y prevención de nudos
En Yorkshire o Afgano, el peinado debe ser constante. Baña una vez al mes con cosmética para pelo largo y usa mascarilla o acondicionador. Un corte a tijera profesional facilita el mantenimiento y evita roturas.
Herramientas, higiene y alimentación que marcan la diferencia
Ten a mano carda, peine metálico, manopla de goma, rastrillo de subpelo y cepillo de mantequilla. La higiene adecuada con champús específicos y acondicionadores mantiene la barrera cutánea. Refuerza el manto con omegas, biotina y proteínas de calidad; en mudas intensas, valora aceite de salmón u otros ácidos grasos tras consultar con tu veterinario.
Errores comunes que debes evitar
- No rapar mantos cortos ni dobles: daña folículos, altera la termorregulación y puede provocar dermatitis.
- No permitir nudos: impiden que la piel respire y favorecen heridas y eccemas.
- No excederse con los baños: respeta la grasa natural y seca a fondo, sobre todo en mantos con subpelo.
- No usar herramientas inadecuadas: ajusta cepillos y cosmética al tipo de manto.
Elegir herramientas y cosmética por tipo de pelaje, establecer una rutina de cepillado y apoyar con nutrición adecuada minimiza la caída, previene problemas de piel y mantiene el manto sano y brillante, ya sea corto, medio, largo, rizado, duro o doble capa.