Si tu perro no duerme bien, se despierta con frecuencia o deambula por la casa, probablemente esté padeciendo algún trastorno del sueño. Identificar qué ocurre y aplicar medidas claras puede mejorar su descanso y prevenir problemas de salud y comportamiento.
Entre los desórdenes del sueño más comunes en los perros encontramos el insomnio. A diferencia de las personas, no sufren insomnio crónico, pero sí puede darse debido a algunos factores físicos o psicológicos. Este problema afecta gravemente su salud, ocasionando síntomas como ansiedad o apatía. Por ello, es importante que averigüemos la causa y actuemos rápidamente.
Se estima que un perro sano de mediana edad duerme unas diez horas durante la noche, aunque también descanse algunas horas durante el día permaneciendo en un estado de vigilia. No obstante, existen factores que pueden alterar su ciclo de sueño. Uno de ellos es el dolor provocado por algún problema de salud, como la artrosis. Por ello es aconsejable que acudamos frecuentemente al veterinario para estar alerta del estado de salud del animal.
La falta de ejercicio también es una causa habitual. Una vida demasiado sedentaria hará que el perro no sienta necesidad de descansar largas horas durante la noche. La solución se basa en hacer que el perro pasee tres veces diarias, animándole a caminar y a equilibrar su energía.
Otro caso común es la alimentación inadecuada. Las comidas pesadas provocan digestiones difíciles, así como dolores y una fuerte sensación de malestar. Si notamos que nuestro perro no duerme bien, lo mejor será que revisemos las dosis de comida que le ofrecemos a diario, sobre todo a la hora de la cena.
La edad también es un factor clave. Por lo general los cachorros duermen menos tiempo debido a su alto nivel de energía, lo cual no supone un problema si al alcanzar la madurez adquieren una rutina de descanso adecuada. Por el contrario, los canes ancianos también pueden sufrir alteraciones del sueño por varios motivos; entre ellos, la falta de control en la vejiga.
Podemos llevar a cabo algunas sencillas medidas para ayudar a nuestra mascota a conciliar el sueño, como habilitar una cama cómoda y mullida para ella, darle masajes antes de dormir o poner música suave (se dice que el sonido del piano y el arpa relaja a los perros). Si vemos que el problema continúa, será necesario buscar la ayuda de un profesional.
¿Qué es el insomnio en perros y cómo reconocerlo?
El insomnio en perros es la dificultad para conciliar o mantener el sueño durante la noche. Aunque muchos canes alternan sueño y vigilia, cuando el descanso se rompe de forma recurrente conviene actuar.
- Deambular por la casa, rascar puertas o su cama.
- Ladridos, gemidos o aullidos durante la noche.
- Cambios de postura constantes, jadeo sin calor aparente.
- Despertares frecuentes, somnolencia o irritabilidad diurna.
Causas frecuentes del insomnio en perros

Dolor o malestar físico
El dolor es una de las causas más habituales: artrosis, lesiones musculares, molestias digestivas o problemas dentales pueden impedir que el perro se tumbe y se relaje. También pueden influir patologías cardiacas o respiratorias que cursan con tos o inquietud nocturna.
Problemas dermatológicos y picores
Si tu perro se rasca sin parar por la noche, piensa en alergias, dermatitis o parásitos. El picor interrumpe el sueño y favorece la inquietud.
Falta de ejercicio o estimulación inadecuada
Un perro con energía acumulada tendrá más dificultades para dormir. El sedentarismo altera su ritmo sueño-vigilia; por el contrario, una sobreestimulación tardía puede producir estrés.
Alimentación y digestiones pesadas
Las comidas copiosas o muy tardías favorecen digestiones lentas y malestar. Ajustar raciones y horarios ayuda a conciliar el sueño.
Ansiedad, cambios y miedos
La ansiedad por separación, mudanzas, ruidos (tormentas, petardos) o cambios en la rutina pueden traducirse en nerviosismo nocturno. Los cachorros recién llegados son especialmente sensibles.
Edad y disfunción cognitiva canina
En perros mayores, la disfunción cognitiva puede provocar desorientación, inversión del ciclo sueño-vigilia y vocalizaciones sin causa aparente. Hay protocolos y suplementos que mejoran su calidad de vida.
Factores reproductivos
Machos cercanos a hembras en celo pueden mostrarse inquietos por la excitación del instinto de apareamiento.
Ambiente: ruido, temperatura y luz
Un entorno con ruidos, corrientes o temperaturas extremas interrumpe el descanso. La ubicación de la cama y el control ambiental marcan la diferencia.
Cama incómoda
Una cama poco ergonómica o de tamaño inadecuado puede generar presiones y molestias que dificultan el sueño, especialmente en perros grandes o seniors.
Trastornos específicos del sueño
Algunos perros presentan apnea del sueño (más frecuente en braquicéfalos), narcolepsia o trastorno de conducta REM. Requieren evaluación y manejo veterinario.
¿Cuándo acudir al veterinario?

- Inquietud nocturna mantenida varios días.
- Cambios bruscos en el patrón de sueño.
- Jadeo, tos o dificultad respiratoria por la noche.
- Rascado excesivo, dolor, cojeras o malestar general.
- Pérdida de apetito o cambios de conducta asociados al insomnio.
Cómo ayudar a tu perro desde casa

- Entorno de sueño: cama cómoda y del tamaño adecuado, zona tranquila sin corrientes, con luz tenue y temperatura estable.
- Rutinas consistentes: horarios regulares de comida, paseos y sueño ayudan a regular su reloj biológico.
- Ejercicio y estimulación mental: paseos suficientes y juegos de olfato o juguetes interactivos durante el día; evita actividad intensa justo antes de dormir.
- Higiene del sueño: cenas ligeras y algo más tempranas, breve paseo relajado antes de dormir, evita sobreexcitarle a última hora.
- Estimulación calmante: música suave o sonidos relajantes; feromonas apaciguantes; masajes y contacto tranquilo. La aromaterapia solo con productos seguros para perros y en dosis muy bajas.
Monitoriza la calidad del sueño: anota despertares, jadeos o vocalizaciones, y comparte estos datos con tu veterinario para orientar el diagnóstico y el plan.

Tratamiento profesional del insomnio canino

- Control del dolor: antiinflamatorios o analgésicos prescritos; fisioterapia y manejo articular cuando proceda.
- Picor: antihistamínicos, tratamiento antiparasitario o dermatológico según diagnóstico.
- Ansiedad: terapia conductual, pautas de manejo y, si fuese necesario, medicación ansiolítica bajo supervisión.
- Disfunción cognitiva: suplementos y fármacos específicos, junto a rutinas y estimulación adecuadas.
- Ajustes nutricionales: control de peso, raciones y horarios; abordaje de problemas digestivos o dentales.
- Trastornos del sueño: manejo individualizado (p. ej., higiene de vías aéreas y peso en braquicéfalos con apnea).
El insomnio en perros casi siempre tiene una causa identificable. Con una buena observación, rutinas coherentes y el apoyo de tu veterinario, la mayoría de los perros recuperan un sueño de calidad y, con ello, su bienestar diario.

