La seguridad en torno a la tenencia de perros de razas potencialmente peligrosas vuelve a estar en el centro de la conversación pública después de un incidente ocurrido recientemente en Brasil, donde un hombre logró salir con vida tras ser atacado por dos pitbulls gracias a sus conocimientos en artes marciales.
El caso ha sacudido a la comunidad local y ha puesto sobre la mesa la importancia de la responsabilidad que conlleva convivir con este tipo de animales, especialmente cuando se trata de espacios urbanos y cercanos a zonas frecuentadas por menores.
Un ataque que pudo tener consecuencias fatales
Ernesto Chaves, profesor de muay thai y jiu-jitsu, se dirigía a su trabajo en el gimnasio de la ciudad de Ponta Porã, en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul, cuando fue sorprendido por dos pitbulls sueltos en plena calle. Según relata, al principio pensó que los perros solo jugaban, pero en cuestión de segundos la situación cambió y empezaron a morderle con fuerza, llegando uno de los animales a intentar alcanzar su cuello.
Pese a que intentó pedir auxilio, los testigos que presenciaron la escena se mantuvieron a distancia, intimidados por la agresividad de los animales. En ese momento, el deportista, acostumbrado a enfrentarse a situaciones límite en su disciplina, recurrió a todo lo aprendido durante años de entrenamiento para evitar ser derribado y logró reducir a los dos perros tras varios minutos de tensión.
Chaves resultó herido en ambas piernas y sufrió la fractura de un dedo, pero su rápida reacción impidió que el ataque tuviera consecuencias aún más graves. Reconoció que pensó que no saldría vivo de esta. «Si le hubiera pasado a alguien menos preparado, como un niño, no estaría contándolo», afirmó en declaraciones a medios locales.
Intervención ciudadana y acción policial
Después de que Ernesto consiguiera controlar a los perros sujetándolos contra el suelo, algunos vecinos se acercaron para ayudar e inmovilizar a los animales usando sogas en las patas y el hocico. El afectado fue trasladado al hospital y, tras ser curado de las heridas, reiteró el peligro de que el suceso ocurriera a menos de 200 metros de una escuela infantil.
La policía civil de la localidad localizó al dueño de los pitbulls, quien se presentó de manera voluntaria. Según su versión, los perros estaban destinados a proteger un almacén y alguien ajeno al entorno habría facilitado su salida. Las autoridades evalúan si hubo negligencia en la custodia de los animales y el propietario podría enfrentarse a cargos penales, castigados por la legislación brasileña con hasta 12 años de cárcel en caso de lesiones graves por omisión de cautela.
Todo lo ocurrido fue grabado desde viviendas cercanas y rápidamente se difundió en redes sociales, generando un intenso debate sobre los riesgos de la libertad de este tipo de perros y la responsabilidad de quienes los cuidan.
Debate social: responsabilidad y prevención
El incidente ha reavivado la discusión sobre la adecuación de las leyes sobre tenencia de razas potencialmente peligrosas y la necesidad de formación y supervisión estricta por parte de los propietarios. Chaves, que pudo emplear técnicas específicas de defensa personal aprendidas tras años de experiencia, recordó que la preparación y la educación en manejo de estos animales son clave para prevenir tragedias.
La opinión pública local y nacional ha respondido con llamadas a reforzar las normas de seguridad y a concienciar sobre el compromiso que implica hacerse cargo de perros con niveles altos de fuerza y energía. Muchos vecinos han mostrado inquietud por la cercanía del incidente a centros escolares, subrayando el potencial riesgo para menores en situaciones similares.
Las autoridades han recordado la importancia de cumplir con los requisitos legales, como el uso de correa, bozal y la adecuada supervisión para evitar poner en peligro al entorno.
A raíz de este caso, se ha reabierto el debate sobre la tenencia responsable de animales, el control en las ciudades y la necesidad de formación específica para quienes conviven con razas especialmente vigorosas. Incidentes como el sufrido por Ernesto Chaves ponen el foco en las obligaciones que acompañan a quienes deciden compartir su vida con un pitbull, recordando que el bienestar animal y la seguridad de la comunidad deben ir siempre de la mano.