Cuando los perros son jóvenes suelen tener unos dientes bastante sanos y limpios, muy blancos, pero si no los cuidamos, con el tiempo van acumulando sarro y suciedad. Además, hay perros que ya cuentan con cierta predisposición a tener una mala dentadura en la que se acumula sarro y que provoca mal aliento y problemas.
Saber hacer una limpieza bucal al perro en casa es algo importante si deseamos ahorrar bastante en limpiezas profundas de los dientes, que se hacen en el veterinario para quitarles el sarro, tal y como hacemos nosotros cuando vamos al dentista. Una buena rutina de higiene dental asegurará que nuestro perro cuente con dientes sanos.
Material imprescindible para la higiene dental canina
Lo primero que se debe hacer es conseguir el material adecuado. Hay cepillos de dientes especiales, que se pueden poner en el dedo, para que nos sea mucho más fácil cepillarles los dientes. Además, se debe usar una crema de pasta específica para los perros, ya que la de las personas tiene ingredientes tóxicos y que ellos acaban tragando.
- Pasta dentífrica canina sin flúor y preferiblemente enzimática para ayudar a descomponer la placa.
- Cepillos de mango largo, cepillos de dedo o gasa estéril para iniciar el hábito con suavidad.
- Enjuagues, geles o sprays específicos para perros que reduzcan la carga bacteriana.
- Aditivos para el agua que refresquen el aliento y limiten la placa con cada trago.
- Snacks y alimentos dentales de textura abrasiva que ayuden a arrastrar la placa durante la masticación.
- Juguetes masticables de caucho/silicona dura, cuerdas o palos tratados que favorezcan la limpieza mientras juegan.
- Huesos naturales recreativos crudos, siempre más grandes que su boca, bajo supervisión y nunca cocidos; puedes congelarlos 48 horas antes para mayor seguridad.
- Premios de refuerzo positivo para asociar el cepillado a una experiencia agradable.
Cepillado paso a paso y adaptación del perro
Esta limpieza bucal es mejor hacerla desde pequeños, para que el perro se adapte mucho mejor. Pero lo cierto es que si hemos comenzado más tarde también podemos hacerlo. Nos costará un poco más que el perro lo acepte y en esta fase debemos tener mucha paciencia. Hay que esperar a que el perro se relaje, e ir masajeando el cepillo en su boca y dientes hasta que se adapte. Al principio es mejor sin pasta, y luego iremos añadiendo una poca para que se acostumbren al sabor.
- Ambiente tranquilo: elige un lugar sin distracciones y espera a que esté relajado.
- Desensibilización gradual: acaricia hocico y labios; introduce el dedo con una gasa para rozar suavemente dientes y encías.
- Presenta la pasta: deja que la lama, premia y, cuando la acepte, frótala con el dedo antes de pasar al cepillo.
- Introduce el cepillo: movimientos suaves y circulares a 45°, priorizando la línea de las encías y llegando a las muelas traseras.
- Sesiones cortas al inicio, aumentando el tiempo poco a poco. Usa refuerzo positivo durante y al final.
Soluciones complementarias para reducir placa y sarro
La limpieza suele ser muy de vez en cuando si son jóvenes, pero a partir de cierta edad la mayoría van acumulando sarro, por lo que esta debe ser más frecuente. Por otro lado, siempre podemos recurrir a sencillos trucos, como darles de comer manzanas y zanahorias, si les gustan, ya que limpian de forma natural los dientes.
- Snacks dentales: su textura ayuda a desprender placa y estimula la salivación; elige el tamaño correcto y evita los excesivamente duros.
- Pienso seco o dietas con efecto mecánico que favorezcan el pulido suave del diente.
- Juguetes masticables: de caucho, cuerdas o con huecos para premios; limpios y en buen estado para evitar ingestión de fragmentos.
- Enjuagues, geles y aditivos de agua para controlar bacterias, aportar aliento fresco y apoyar la salud de las encías.
- Huesos recreativos crudos: más grandes que su boca, supervisa siempre, evita los cocidos (se astillan), comienza con sesiones de 5 minutos un par de veces por semana y, si le sientan bien, puedes llegar a 15–20 minutos; desecha el hueso a los pocos días.
Señales de problemas y cuándo acudir al veterinario
- Mal aliento persistente o cambio brusco del olor.
- Decoloración amarilla/marrón (placa o sarro), encías rojas, hinchadas o que sangran.
- Dolor al masticar, rechazo de alimentos duros, babeo o rascado de la boca.
- Dientes sueltos o pérdida de piezas, bultos o quistes orales.
- Pérdida de peso o cambios de comportamiento asociados al dolor.
Limpieza dental profesional y mantenimiento
El veterinario puede indicar una profilaxis dental bajo anestesia o sedación profunda para eliminar placa y sarro con ultrasonidos y realizar un pulido que deje la superficie lisa. Si es necesario, se hacen radiografías y tratamientos adicionales (como extracciones). Tras la intervención, refuerza el cepillado diario y apóyate en soluciones complementarias.
Rutina y frecuencia ideal en casa
La higiene bucal canina se beneficia de un cepillado diario; si no es posible, apunta a varias veces por semana. Algunas mascotas aceptan bien enjuagues o aditivos de agua y hay alimentos formulados para favorecer la salud dental. Programa revisiones veterinarias periódicas para valorar encías y dientes; los perros de tamaño pequeño y los de edad avanzada suelen requerir un seguimiento más estrecho.
Con constancia, productos adecuados y refuerzo positivo, la mayoría de perros aceptan el cuidado dental. Tu esfuerzo se traduce en menos sarro, mejor aliento y una boca más sana que favorece su bienestar general.
