La esterilización y, sobretodo, la castración son operaciones quirúrgicas muy recomendables cuando se tiene un perro al que no se le quiere hacer criar. Pero además, si dicho animal es una hembra se aconseja también para prevenir enfermedades tan graves como la piómetra, la cual consiste en una infección en el útero.
Sin embargo, aún y con la operación realizada puede ocurrir que no se elimine totalmente el riesgo de padecerla. Así que si te estás preguntando si una perra esterilizada puede tener piómetra, en este artículo te lo contaremos.
¿Qué es la piómetra?
Es una enfermedad que pueden tener las perras tras el celo, la cual consiste en la infección en el útero con presencia de pus en él. Para entenderlo mejor, hay que saber que el ciclo reproductivo de las perras consta de cuatro fases, siendo la fértil la que conocemos con el nombre de celo. Durante este el útero se abre, de modo que las bacterias pueden ascender a él desde la vagina.
Tras el celo, el tejido uterino sufre cambios por el incremento de la progesterona, y si uns de esas modificaciones es una inflamación del endometrio (revestimiento interior del útero), dicho órgano se convertirá en un hogar muy apreciado por las bacterias, ya que además el útero se cerrará.
Cuando eso ocurra, a los dos o tres meses después del celo aparecerán los primeros síntomas, que son:
- Dolor abdominal
- Fiebre
- Orina con sangre
- Incremento en la ingesta de agua
- Vómitos
- Letargo
- Incremento de la micción
- Anorexia
Pero si esta enfermedad se relaciona con el celo, ¿una perra esterilizada puede tener piómetra?
La piómetra y la perra esterilizada
Llegados a este punto hay que saber que los veterinarios realizan cuatro tipos de operaciones que impiden que la peluda se quede embarazada, que son:
- Ligadura de trompas: consiste en la constricción o estrangulamiento de las trompas de Falopio. Pero no se elimina el celo.
- Histerectomía: se extrae el útero. El celo seguiría intacto, ya que la acción de las hormonas continuaría ya que la provocan los ovarios.
- Ovariectomía: se extirpan los ovarios, por lo que el celo se interrumpe. De hacerlo pronto, antes del primer celo o antes del segundo, se previene el cáncer de mama.
- Ovariohisterectomía: se extrae el útero y los ovarios, por lo que se interrumpe el celo y se previene la aparición de posibles tumores.
Sabiendo esto, una perra esterilizada sí que puede tener piómetra si se ha sometido a una intervención en la que le han dejado el útero y/o los ovarios, o ya no estos, sino restos de tejido ovárico. No es frecuente que pase, pero si a tu perra le han extirpado todos los órganos reproductores pero se lame mucho la zona genital y/o si presenta sangrado vaginal, puede ser que tenga algunos restos por lo que una visita al veterinario es obligatoria.
¿Cuál es el tratamiento?
Si sospechas que tu perra esterilizada tiene piómetra, debes llevarla a que la vea un profesional. Él le hará una radiografía o una ecografía, además de una analítica de sangre para ver si ha habido un aumento de glóbulos blancos, anemia y/o alteración renal.
Una vez confirmado el diagnóstico, le pondrá en tratamiento el cual consiste en intervenirla quirúrgicamente y en administrarle antibióticos. Ahora bien, hay que saber que la operación tiene riesgos: el útero puede desgarrarse, causando shock y muerte. La manera de evitar llegar a esa situación es castrando a la perra, es decir, en extirparle todos los órganos reproductores, antes del primer celo.
Como ves, la piómetra es una enfermedad muy seria. En caso de duda, consulta con tu veterinario de confianza.