Cómo enseñar a mi perro a tumbarse

Perro en el sofá

Aquellos que convivimos con perros debemos de enseñarles una serie de normas básicas de educación para evitar problemas y disgustos. Algunas de ellas son muy fáciles, como la de sentarse, pues al ser un comportamiento natural para ellos, a menudo es suficiente con »capturar» el momento dándole una golosina para perros. Pero hay otra que también es sencilla, y es la de tumbarse.

Al principio puede parecer todo lo contrario, pero ya verás como no es tan complicado. Sigue leyendo para saber cómo enseñar a mi perro a tumbarse.

Lo primero que hay que tener muy en cuenta es que cada perro es único y que, por lo tanto, cada uno de ellos tiene su propio ritmo de aprendizaje. Cuanto antes empieces, mejor, puesto que el cerebro de un cachorro es como una esponja que absorbe todo rápidamente, pero si tu amigo es adulto, también puedes enseñarle a tumbarse. Sólo es cuestión de ir practicando 10 o 15 minutos cada día -en sesiones de cinco minutos- y tener paciencia.

Dicho esto, llamaremos a nuestro amigo y le pediremos que se siente. Si no sabes cómo hacerlo, simplemente tienes que tener en una mano un juguete y en la otra una golosina. La golosina se la tienes que poner delante del hocico, pero sin llegar a dársela. A continuación, levántala unos centímetros por encima de la cabeza del can. Al hacerlo, verás que empieza a sentarse. En este momento, tendrás que decir la palabra »sit» o »sienta» para que la asocie con el movimiento y darle el premio. Hay que repetir muchas veces, pero al final conseguirás que tu perro sepa sentarse siempre que se lo pidas.

Cachorro

Una vez que sepa cómo sentarse, se pasará al siguiente paso: enseñarle a tumbarse. Para ello, dile que se siente y, mostrándole la golosina pero sin dársela, baja la mano hacia el suelo. Al instante el perro se tumbará para intentar cogerla. Cuando veas que está a punto de tumbarse, dile »tumbado», »abajo», »échate» o la palabra que más cómoda te resulte. Es importante que uses siempre la misma y con el mismo tono, para que le sea más fácil entender qué es lo que le pides. Y, por último, dale la golosina.

Repitiendo varias veces a lo largo del día, en menos de lo que crees tu perro se tumbará siempre que se lo digas 🙂 .


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