El Komondor es un perro fuerte, ágil e inteligente. De apariencia majestuosa, es especialmente llamativo gracias a su pelaje, que cubre todo su cuerpo con unas abundantes rastas blancas. Bajo este aspecto divertido se esconde una importante función, la de confundir a sus depredadores y pasar desapercibido entre otros animales, como las ovejas. Te contamos todo lo que hay que saber sobre esta raza.
Existen varias teorías sobre el origen del Komondor. Una de las más populares es que llegó a Hungría en el año 896, cuando las tribus magiares del príncipe Arpad se establecieron en la puszta (estepa húngara). Por otro lado, se cree que fueron los mongoles quienes lo llevaron consigo cuando invadieron el país en el siglo XIII. Mientras que otra teoría dice que provienen de los Cumans, un pueblo nómada de Turquía; de hecho, Komondor significa «perro de los cumanos».
En cualquier caso, se sabe que estos perros fueron utilizados para proteger el ganado durante el siglo IX. Algo para lo cual su característico pelaje es perfecto, pues gracias a él podían confundirse fácilmente con las ovejas. Además, les servía de escudo ante los colmillos de los lobos y otros depredadores.
Respecto a su temperamento, el Komondor es territorial, protector y valiente. Tiende a ser desconfiado y reservado con los desconocidos, aunque muy leal con los suyos. Muy independiente, se recomienda socializarle desde cachorro y llevar a cabo un adiestramiento basado en el refuerzo positivo. Nervioso y dinámico, necesita buenas dosis de ejercicio físico para mantenerse equilibrado física y psicológicamente.
Este perro suele gozar de buena salud, aunque es una de las razas caninas más propensas a sufrir displasia de cadera y torsión de estómago. Ocasionalmente suele presentar otitis y dermatitis, por lo que es importante que mantengamos una buena higiene y cuidemos su pelaje. En este sentido, no debe cepillarse, sino separar manualmente cada rasta para evitar que se enreden.